La primera ministra británica, Theresa May, aseguró ayer que es “altamente probable” que Rusia haya tenido responsabilidad en el ataque contra un ex espía ruso y su hija en Reino Unido y subió la tensión con Moscú, al que le exigió una respuesta en 24 horas.

May dijo ante el Parlamento que los expertos confirmaron que el veneno utilizado contra el ex espía Serguei Skripal y su hija era un agente de la serie Novichok, una sustancia producida en la ex Unión Soviética que tiene unas 100 variantes y se considera uno de los más peligrosos.

La primer ministra informó que Reino Unido llamó a consultas al embajador ruso para demandar una explicación por la presencia del agente nervioso y prometió discutir con el Parlamento una potencial medida contra Rusia “si no hay una respuesta creíble”. Además, convocó ayer a una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad Nacional.

Según May, hay dos posibles explicaciones detrás del uso del gas nervioso: que fue utilizado en una “acción directa por parte del Estado ruso” o que Rusia “perdió control” de sus provisiones del veneno.

El Ministerio ruso de Exteriores rechazó ayer las declaraciones de May. “Este es un show circense en el Parlamento británico”, señaló la portavoz del ministerio Maria Zakharova.

Estados Unidos expresó su total respaldo al gobierno de May y aunque por la mañana la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, evitó culpar a Rusia, después el secretario de Estado de EU, Rex Tillerson, dijo: “Tenemos plena confianza en la investigación de RU y en su conclusión de que Rusia es probablemente responsable del ataque con un agente nervioso”.

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