Ambientalistas de Guatemala y de Honduras advirtieron ayer que el pantano de basura que hace más de una década flota con una gigantesca contaminación en aguas hondureñas y guatemaltecas sobre el mar Caribe, afecta la vida socioeconómica de comunidades costeras de ambos países sin que los gobiernos avancen hacia una solución pronta y sostenible.

EL UNIVERSAL difundió ayer imágenes del estado en el que se encuentra el mar en la región fronteriza entre Guatemala y Honduras, imágenes que fueron captadas por la fotógrafa británica Caroline Power, los ambientalistas consultados reafirmaron que el problema amenaza la salud humana y persiste sin expectativas de arreglo a corto plazo.

La gigantesca capa de contaminación, en la que hay animales muertos, residuos hospitalarios, ropas, latas, vidrios, plásticos y demás desechos, es un peligro para el Sistema Arrecifal Mesoamericano, segunda barra de coral más grande del mundo, que se extiende de México a Colombia en aguas del Caribe.

La basura es llevada al mar por la cuenca del río Motagua, que está en la vertiente caribeña, nace en Guatemala, recorre la frontera con Honduras y desemboca en el Caribe, y por otras fuentes fluviales menores de las dos naciones.

Ambos gobiernos negocian un arreglo por orden que los presidentes Juan Orlando Hernández, de Honduras, y Jimmy Morales, de Guatemala, dictaron la semana pasada.

“Hay impunidad ambiental”, afirmó Rafael Maldonado, coordinador del área política legal del (no estatal) Centro de Acción Legal Ambiental y Social de Guatemala.

“No es un problema entre Guatemala y Honduras, sino que casi de lesa humanidad. Está en riesgo el Sistema Arrecifal, pero principalmente la salud y la calidad de vida de las personas”, alertó.

Las poblaciones “ven disminuidas sus actividades laborales, como pesca, turismo y otras acciones comunitarias de desarrollo sostenible”, narró a este diario.

El Congreso y el gobierno de Guatemala aprobaron en 2006 prevenir la contaminación, en especial en el Motagua, pero “lamentablemente” todas las medidas fueron pospuestas.

“En consecuencia, el río Motagua es para Guatemala sólo uno de sus principales basureros”, aseguró Maldonado, al fustigar también a Honduras por la contaminación en sus ríos Chamelecón y Ulúa, que desembocan en el mismo sector del Caribe.

Por su parte, el hondureño Gustavo Cabrera, director general de Cuerpos de Conservación de Omoa, municipio del noroccidente de Honduras y en la zona donde desemboca el Motagua, relató a este periódico que la basura que antes llegaba era más orgánica y traía madera que mucha gente recogía en la playa para usar como leña.

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