.- Activistas climáticos tiñeron de verde fluorescente el agua de los canales y ríos de las principales ciudades italianas como Venecia, Roma y Milán para llamar la atención ante la falta de propuestas ante el por parte del gobierno italiano y de la cumbre COP 28, que se celebra en Dubái.

La asociación 'Extinction Rebellion' organizó estas protestas en las principales ciudades italianas al mismo tiempo "para denunciar un nuevo fracaso político de la COP28 y de los gobiernos mundiales en la lucha contra la crisis climática y la sexta extinción masiva".

Los activistas arrojaron a las aguas del Canal Grande de Venecia (noroeste) la sustancia llamada 'fluoresceína' y que es inofensiva y que coloreo rápidamente el Gran Canal.

Al mismo tiempo, varios de ellos descendieron con cuerdas y arneses desde el puente de Rialto, mostrando una pancarta en la que se leía: "Cop28: mientras el gobierno habla, nosotros pendemos de un hilo": una protesta contra la inacción de las políticas climáticas.

También en ese momento se escuchó la banda sonora de la película Titanic, para resaltar el 'futuro catastrófico' que aguardaba a Venecia: un hundimiento, comunicó la asociación.

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La misma escena se repitió en el canal del Naviglio Grande de Milán, una de las zonas de ocio de la capital de Lombardía, cuando los jóvenes también colorearon de verde las aguas y desplegaron una pancarta en uno de los puentes en la que se leía: 'El Gobierno habla y la tierra se hunde'.

En unas horas, estas aguas volverán a ser las que eran. Mientras tanto, mientras los gobiernos hablan, nosotros contamos los daños y las víctimas de las continuas inundaciones e incendios", continuaba el comunicado.

La misma sustanciase utilizó para teñir de verde el agua del rio Tíber en la zona de la Isla Tiberina y también hubo protestas de este tipo en Bolonia y Turín.

En todas las ciudades, los manifestantes fueron acompañados a la comisaría para su identificación.

El pasado jueves, otro de los colectivos que protagonizan en Italia este tipo de gestos, "Ultima Generazione", utilizaron extintores para arrojar un líquido que se asemejaba al barro a la fachada de la basílica de San Marcos de Venecia.

Un gesto que fue condenado tanto por el presidente de la región Veneto, a la que pertenece Venecia, Luca Zaia, como por el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, que calificó el "gesto de muy grave y vergonzoso".

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