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A pesar de las críticas y controversias, Tanya Müller logró terminar el sexenio como secretaria de Medio Ambiente (Sedema) de la CDMX.

A unos días de finalizar la presente administración, la funcionaria reconoce que más de una persona pidió su renuncia cuando se endureció el programa Hoy No Circula a causa de los niveles altos de contaminación en la Ciudad; sin embargo, no se arrepiente de sus decisiones y afirma que si pudiera, “las volvería a tomar”.

¿En algún momento pensaste en que te iban a pedir la renuncia?

—Bueno, siempre tienes la duda, y claro que como parte del servicio público entiendes que en cualquier momento puedes terminar, entonces el concluir estos seis años para mí es muy grato.

Sólo Fausto Lugo y tú lograron concluir la administración. En algún momento muchas personas pidieron tu cabeza.

—Agradezco al doctor Miguel Ángel Mancera todo su apoyo en esos momentos que, realmente, fueron complicados y que estoy segura que había más de una persona pidiendo mi cabeza, en esos momentos tan difíciles en donde mediáticamente sabemos que muchas veces se toman más decisiones políticas que técnicas.

En ese sentido el doctor Mancera entendió que lo que estábamos haciendo era lo correcto, lo responsable, y eso no es fácil para alguien que está en la política.

¿Qué aprendiste en estos seis años en la Sedema?

—La ciudadanía y los medios son tan críticos porque no es fácil comunicar cómo se benefician los capitalinos con estas medidas. Esa es una parte que nos falló. Como gobierno, como un tomador de decisiones, debes tener claro cómo le haces entender a la ciudadanía que los resultados no son inmediatos y que sí tienen un beneficio. Tomamos decisiones difíciles, sí fueron momentos difíciles que los volvería a hacer porque creo que uno está aquí para tomar estas decisiones difíciles y responsables como servidor público.

¿Qué acciones se pueden hacer en la Ciudad pero que serían polémicas o de alto costo político?

En Shanghái hay una limitación de placas. Aunque tú tengas el dinero para comprar un automóvil, al año se ofertan, por dar un número, 10 mil placas. O sea, ellos han establecido el ritmo al cual el parque vehicular puede crecer. Claro que es una medida muy dramática. Otro ejemplo, que son recomendaciones del Centro Mario Molina, es que debiera haber un impuesto a los vehículos más contaminantes.

¿Qué tan difícil sería implementar estas medidas en la CDMX?

—Aquí la diferencia que tenemos de otros países es que nuestras condiciones sociales son distintas. El gran reto es cómo vas avanzando en un tema de normatividad, de regulación ambiental que nos afecta a todos porque tiene un impacto en la salud.

¿Qué son más visibles, los logros o los errores?

—Yo creo que depende de qué área. Los logros en los espacios públicos, en el Muévete en Bici, en lo que es muy cercano a la ciudadanía, es muy evidente, creo que lo reconocen y lo agradecen. Hay temas controversiales como puede ser una organización más estricta en términos de regulación ambiental, de calidad del aire. Lo positivo es que este tema se volvió a posicionar muy fuerte, creo que hay un entendimiento y una conciencia en los tres niveles de gobierno.

¿Qué pasó con el Estado de México?, ¿por qué algunos proyectos metropolitanos no se pudieron cumplir?

—Sin duda es un tema de voluntad política. La Ciudad de México tiene un tema de que, desde hace años, hay una continuidad que hemos ido mejorando la política pública que hacemos y las inversiones, y hemos estado dispuestos a asumir ese costo político siempre de tener mayores regulaciones, mayor vigilancia, mayores sanciones. Esa es la gran diferencia.

Ahora que el partido Morena está en los tres niveles de gobierno, ¿cuál sería la recomendación?, ¿ya no hay pretexto para no consumar los proyectos?

—Que el siguiente gobierno federal y local estén alineados con un grupo político es eso, justamente, una gran oportunidad para que se entienda que tenemos que avanzar a un ritmo mucho más rápido, sobre todo a nivel nacional en el tema de calidad del aire que afecta en términos de salud y que si no se atiende, tiene un costo para el sector público.

Más que recomendación, es una gran oportunidad de destinar los presupuestos donde mayormente se requieren porque cada administración debe superar a la anterior.

Finalmente, ¿qué viene para Tanya Müller García después del 5 de diciembre?

—Voy a tomar una pausa de lo que es el servicio público, que me encanta. Ahorita me siento muy contenta por haber concluido los seis años, por el gran equipo que hay en la secretaría, y por todos los proyectos y metas que logramos cumplir.

La verdad me voy muy satisfecha y muy entusiasmada con lo que viene, pero ya más desde la sociedad civil, ya hay algunas ofertas para entrar a la academia, que también me encanta.

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