Ataviados con ponchos, cobijas, gorros y chamarras para mitigar el frío, los habitantes de Iztapalapa madrugaron para hacerse una prueba gratuita y enterarse si portan o no Covid-19.

Conscientes de que iban a esperar horas, traían consigo sillas, sillitas de las plegables y botes de pintura para sentarse mientras se abría el módulo que el gobierno instaló en la explanada.

Familias enteras llegaban a aplicarse la prueba, el objetivo: descartar cualquier posibilidad de contagio y, en caso de salir positivo, aislarse pues dijeron: no había más que hacer ante la saturación de los hospitales.

Quien obtuvo la ficha número uno fue la señora Marcela. Llegó a las 2:00 horas, se instaló, se tapó e hizo guardia hasta que le tocó su turno. A las 9:30 horas le aplicaron la prueba PCR.

“No tengo síntomas ni nada, pero en la semana estuvimos conviviendo con el novio de una de mis hijas y él salió positivo, por eso estamos aquí”, dijo la mujer, acompañada de sus hijas.

Con sus sillas y sus cobijas, se movían de un lado a otro, tratando de guardar la sana distancia, que en la zona era imposible.

A las 10:30 horas, los enfermeros fueron llamando de uno por uno. “Traten de guardar la sana distancia, no se quiten el cubrebocas, recuerden que estamos en una zona de alto riesgo y hay gente contagiada”, advertían los empleados capitalinos.

La señora Marcela resultó negativo. “Pues nos dijeron que estamos limpios, de cualquier manera vamos a seguir cuidándonos porque los contagios están fuertes”, pero debía esperar los resultados de su hija, de quien adelantó, posiblemente saliera positiva por la convivencia con el novio.

En el kiosco se daba prioridad a las personas de la tercera edad. No faltaban los jóvenes que revelaron que se contagiaron en el transporte público, “es que no hay manera de evitar contagios, uno tiene que ir a la escuela, a trabajar, subirse al Metro, a los camiones”.

En el lugar se tenían contempladas 200 pruebas, pero a las 8:00 horas los enfermeros anunciaron que tenían 140, lo que causó molestia.

“Ya nos vamos, madrugamos por nada porque no alcanzamos una ficha. Deben traer más o instalar más kioscos, hay mucho contagio, mucha gente y pocas pruebas ”, expuso Ramiro.

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