metropoli@eluniversal.com.mx

En el Estado de México, principalmente artesanos pirotécnicos, compiten cada año —desde 1994— para que su Judas sea el ganador en el concurso que lleva a cabo el museo-taller Luis Nishizawa, en Toluca, que recibe hasta 200 ejemplares de dos metros o más, para quemarlos el Sábado de Gloria como una forma de deshacerse de los demonios.

Son figuras que representan el encono social, por ejemplo, los temas que prevalecieron en 2017 como el alza de la gasolina, El Chapo Guzmán y la pobreza, nunca faltan las figuras de Elba Esther Gordillo y Carlos Salinas de Gortari.

Este año se cumple la 25 edición del concurso que conlleva el paseo de las figuras por la plaza cívica de la capital mexiquense y la quema de dichas esculturas elaboradas con papel y alma de metal.

Tras inscribirlas en febrero y marzo, se lleva a cabo una exposición abierta al público al interior del museo; cada una de ellas son producto de la creatividad de los artesanos de la pirotécnica, los más interesados en preservar la tradición.

En San Mateo Tlalchichilpa, comunidad de Almoloya de Juárez, al menos 80 familias se dedican a la producción de pirotecnia, sobre todo castillería, que principalmente es vendida a los mayordomos encargados de las festividades católicas, ferias o aniversarios de las parroquias. Además de bodas, XV años y otro tipo de celebraciones.

Uno de los artesanos es Alejandro Martínez, quien desde niño participa en el concurso de los Judas, porque su papá siempre estuvo involucrado, era una de las principales atracciones a principios de año y desde entonces dedica más de un mes a pensar, diseñar y elaborar la figura, que en su mayoría fueron la representación de Lucifer, en algunas ocasiones erradicando un vicio, acabando con los políticos corruptos o enfrentando al mal.

Desde hace ocho años es ganador de los primeros lugares; el año pasado fue uno de los más difíciles porque falleció su papá y no entró entre los mejores trabajos.

Presentará un Lucifer rojo de 3.50 metros que porta en una mano un sahumerio, en la parte trasera un par de alas con cabeza de águila y enfrente un sol azteca, no es un escudo sino el sol que permite el renacimiento del bien.

Google News

Noticias según tus intereses