Metepec, Méx.— La obra de Leopoldo Flores en el Museo Jardín Botánico Cosmovitral es de las más conocidas en el Estado de México, aunque pocos saben que para pasar los coloridos trazos al vidrio fue necesario el talento de Bernabé Fernández García, un artista que se especializó en el arte en cristal.

En entrevista para EL UNIVERSAL, el artesano aseguró que si bien no es la obra más emblemática de su carrera, dice haberse preparado por muchos años, para este reto, que calificó como el más grande y que fue trazar El Hombre Sol, La Andrómeda y La Noche en los cristales que hoy siguen dando vida al primer cuadro de la capital mexiquense.

“Cuando terminamos, vi a lo lejos desde los cines que antes estaban donde el Museo de Bellas Artes y observé el Hombre Sol, me quedé maravillado”.

Dentro de su taller, una construcción rústica repleta de cactáceas, cuenta con al menos tres apartados donde trabaja y se apoya de la mano de obra de otros artesanos, además de su hijo, que heredó su talento y continuó el legado. Actualmente está trazando sobre papel una obra triangular para una iglesia católica poblana y que se asemeja a la técnica utilizada para el Cosmovitral.

“Tal parece que estuve experimentando y preparándome para algo que desconocía porque cuando llegó la oportunidad del Cosmovitral, yo ya estaba preparado y no era nada nuevo para mí”, afirmó.

El maestro vitralista recordó su participación como realizador técnico, tardó tres años en afinar la parte parte vertical del Cosmovitral, las 37 ventanas. Leopoldo Flores fue quien lo buscó cuando trabajaba en un taller de vitrales en el Centro de Investigación y Desarrollo Artesanal del gobierno estatal, lo entrevistó, aceptó el trabajo y adaptó su diseño a la técnica del vitral.

“Él me entregó un diseño en pintura y yo lo plasmé en la técnica de un vitral, tuve toda la responsabilidad técnica y estructural, así como el diseño”.

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