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Para Marcela Herrera, a sus 45 años, lo más importante no es la estética, sino la salud. La mujer que antes de saber que padecía cáncer de mamá practicó profesionalmente el fisicoculturismo, ahora, tras dos años de someterse a quimioterapias y perder el seno derecho, resalta que lo que vale es estar bien.

“Lo más importante es el proceso de la quimioterapia para obtener mi salud”, refiere. Comenta que la cirugía reconstructiva de seno, apenas en mayo, es el último paso quirúrgico para recuperar su salud por completo y su vida, dice, tiene cambios, pero de “lo malo saco lo positivo”.

Ahora posee un expansor y espera la cirugía final para tener su implante.

“Como toda mujer, nos vamos por la cuestión de vanidad y, ¿cómo me voy a ver?, pero conforme va pasando y uno va viviendo el proceso, realmente, lo estético y lo físico lo pasamos a segundo plano completamente”, expone.

A diferencia de otras mujeres que al enfrentarse a su enfermedad pierden a sus parejas en el proceso, Marcela Herrera asegura que su esposo la apoyó incondicionalmente para batallar con la enfermedad la cual venció.

Aún recuerda la fecha cuando le diagnosticaron el cáncer de mama. Fue el 12 de febrero de 2014.

“El inicio es un impacto fuerte para todas, que se nos va a caer el cabello, un proceso de quimioterapia super mal. Cuatro años de un inicio para estar completamente bien hasta con la reconstrucción. Es una guerra que combatimos, pero al terminar esa guerra, me siento una mujer mucho más fuerte y capaz de lograr lo que quiera”.

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