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Para la organización ambientalista, Greenpeace, la operación de la planta Termovalorizadora es una incongruencia en las acciones de mejora de la calidad del aire en la Ciudad de México y su zona metropolitana.

La organización sostuvo que la Planta de Termovalorización “El Sarape” constituirá, como lo indica la propia Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), una fuente adicional de emisiones de material particulado y óxidos de nitrógeno para el aire de la Ciudad de México y su zona metropolitana.

“No es viable añadir ningún elemento que genere más contaminación en una ciudad que no cumple con los estándares propuestos por la Organización Mundial de la Salud, o incluso las normas mexicanas… Agregar esta fuente de emisión es la peor contradicción de Mancera en materia ambiental, es una decisión irresponsable, sin visión a largo plazo”, alertó Carlos Samayoa, coordinador de la campaña contra Tóxicos, de Greenpeace México.

El lunes pasado, el Gobierno de la Ciudad de México presentó a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Planta de Termovalorización que entrará en operación en 18 meses.

Greenpeace sostuvo que este proyecto tampoco abona a resolver de fondo el tema de la gestión de residuos en la capital del país.

Asimismo, Samoaya informó que una verdadera solución requiere políticas para aumentar las tasas de reciclaje, así como planes bien definidos para reducir al más bajo nivel la generación de residuos que no tengan posibilidad de ser reaprovechados.

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