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El factor más notable por el que el sismo de 8.2 grados Richter que sacudió la Ciudad de México la noche de este jueves no causó daños considerables en las estructuras de las viviendas y de las vialidades fue su epicentro, explicó el doctor Fernando Vera, especialista en estructuras de la Universidad La Salle.

Al comparar los temblores de 1985 y el de este 7 de septiembre, la magnitud en ambos fue mayor a los 8 grados Richter, incluso el de este jueves fue de intensidad superior; sin embargo, “el epicentro del ocurrido el jueves estuvo muy alejado de la Ciudad de México, en Chiapas; en cambio el de 1985 fue por Michoacán y Guerrero. Esa lejanía de los epicentros influye porque las ondas tienen que viajar y no llegan con la misma fuerza”, comenta el especialista.

El 19 de septiembre de 1985 el epicentro del temblor de 8.1 grados se ubicó a 400 kilómetros de la capital; pero el de esta semana fue a 700 kilómetros, lo que definió menos estragos. El especialista asegura que “no siempre un temblor de mucha intensidad es el más peligroso”.

Esto se explica por los factores epicentro, magnitud y duración, entre otros. “Si la magnitud del temblor es alta pero dura poco tiempo, podría generar menores daños, pero si un temblor es de poca intensidad y dura más tiempo pasa lo contrario”, dice.

La causa de que los edificios se derrumben en la ciudad es “que no están construidos con la cantidad de acero y concreto que debe ser”. Para evitar eso, el Reglamento de Construcciones de 2004 es un mecanismo en el que se dictan cuáles son los requisitos que debería tener una edificación en la Ciudad de México para ser considerada segura.

Explica que los sismos no se pueden predecir, “no se sabe de dónde van a venir. Lo que se hace es seguir registrando los sismos y con esa información hacer nuevos reglamentos de construcción”.

A pesar de lo anterior, se pueden llevar a cabo medidas de prevención como: “Si se tienen muros de carga, se debe revisar que no tenga humedades o que no aparezcan grietas. En el caso de que aparezcan grietas, hay que repararlas... se lleva a cabo un encamisado, que consiste en aumentar el volumen de las columnas y trabes”.

Por otro lado, los habitantes deben hacer una petición para revisar si su inmueble cumple aún con el reglamento de construcción.

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