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Los capitalinos celebraron el Día de Reyes con una mega-rosca de 10 toneladas que daba la vuelta al Zócalo capitalino y que fue disfrutada por 250 mil comensales, quienes tuvieron entre sus deseos para Melchor, Gaspar y Baltasar que mejore la situación de los damnificados por el sismo del 19 de septiembre pasado.

Al caer la noche, miles de personas se apostaron frente a la mesa que se extendía por todo el circuito de la Plaza de la Constitución, adornado con luces navideñas y en el cual estaba el pan elaborado por 2 mil 142 personas y que midió 1.4 kilómetros de longitud.

Antes de irse a dormir para recibir los regalos que les trajeron los Santos Reyes hoy, niños y niñas aprovecharon para comer un pedazo de rosca junto con sus familiares. Una empresa repartió 65 mil raciones de leche para acompañar el bizcocho.

Además, recibieron globos biodegradables para amarrar sus cartas de deseos, depositarlos en una “caja mágica” y lanzarlos al cielo.

Antes de que el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, partiera la rosca monumental, la niña Valeria Jimena Márquez leyó una carta a los Reyes Magos.

Pidió una bicicleta. Dijo que se portó “más o menos” y que no le hizo bullying a sus amigos, pero tocó después el tema del 19-S, sismo que dejó 228 muertos y miles de personas sin casa tan sólo en la Ciudad de México.

“Cuando tembló muchos niños se quedaron sin juguetes y sin papás, por eso no voy a pedir todos los juguetes que había pensado, para que ellos los reciban y para que tengan de nuevo sus casas”, expresó Valeria.

Luego, Mancera, acompañado de funcionarios y representantes de los patrocinadores de esta festividad, agradeció la asistencia de los capitalinos y destacó que las cartas de los niños depositadas en la “caja mágica” eran muy sentidas al pedir que haya paz y felicidad en el mundo y comprometerse a cuidar a sus papás.

Junto con varios menores de edad, el mandatario capitalino activó la “caja mágica” y miles de globos blancos se liberaron al cielo que empezaba a oscurecerse.

De inmediato acudió junto con los niños e invitados a partir la mega-rosca, elaborada por 2 mil 142 panaderos de la Canainpa.

Mancera se salvó de que le saliera el Niño Dios en el pedazo que partió, de hecho tuvo la misma suerte en otros dos momentos previos donde partió la rosca, primero en la mañana, con representantes de medios de comunicación luego de una conferencia, y en la tarde al repartir juguetes a niños que están en el Hospital Pediátrico de Iztacalco.

De modo que se salvó de poner los tamales en el desayuno del Día de La Candelaria, como se acostumbra el 2 de febrero a quien le toca la figura del Niños Dios en la rosca.

También por la tarde, el jefe de Gobierno entregó juguetes y lentes a pequeños integrantes de comunidades indígenas en la capital y fue con la mega-rosca que concluyeron los festejos del Día de Reyes.

Entre los asistentes al Zócalo, también los adultos tuvieron deseos para Los Tres Reyes Magos. Gloria Espinoza, quien vive en Tláhuac y acudió con sus hijos, recordó que hay muchos damnificados del sismo del 19 de septiembre en su demarcación y por eso pidió “que no nos olvidemos de ellos, hay gente que está viviendo en la calle, que volteen a Tláhuac y a otras colonias damnificadas”.

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