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El parque hídrico La Quebradora, que se construye en la delegación Iztapalapa, “no va a quitar agua a los vecinos de la zona” pues sólo utilizará agua potable para el servicio de lavabos y el resto del líquido provendrá de las lluvias y su tratamiento, aseguró Manuel Perló, académico de la UNAM y uno de los encargados del bosquejo.

Al participar en la presentación del proyecto, el investigador precisó que este espacio reciclará el agua de lluvia y contará con una pequeña planta de tratamiento con capacidad de generar el equivalente de cuatro pipas diarias para el mantenimiento de este espacio de cuatro hectáreas.

En el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, la jefa delegacional en Iztapalapa, Dione Anguiano Flores, indicó que el vaso regulador del parque fue puesto a prueba con la tormenta del jueves pasado e infiltró al subsuelo, en media hora, toda el agua de lluvia que captó de los escurrimientos de la sierra de Santa Catarina, con lo cual se evitarán inundaciones en otras colonias de las partes bajas.

La delegada explicó que el nuevo espacio estará concluido este mismo año; tiene un costo de 250 millones de pesos provenientes del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS).

Expuso que además de evitar inundaciones, será un espacio de convivencia y se beneficiará a 28 mil personas de las colonias Citlali, donde está ubicado, además de Santa María Aztahuacán, Santiago Acahualtepec, Palmitas, Xalpa, Teatinos, Parajes y Santa Cruz Meyehualco.

Se prevé que la capacidad de infiltración de este parque es de 35 mil metros cúbicos de agua, la cual pasa por unos filtros para que llegue más limpia al subsuelo.

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