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A tres años de la explosión del Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, la promesa de autoridades locales y federales de construir un hospital general de 500 millones de pesos en la misma zona de Contadero sigue sin cumplirse, debido principalmente a la lentitud y burocracia en el flujo de los recursos, factor que provocó que la obra se haya parado y que los escasos avances estén en el abandono.

Ante esta situación y luego de modificar en varias ocasiones la fecha de entrega, autoridades del Gobierno de la Ciudad de México se fueron al límite y confiaron en terminar la obra antes de concluir la presente administración de Miguel Ángel Mancera; sin embargo, el inicio de operaciones quedará en manos de la próxima gestión.

Este lunes se conmemoran tres años de la explosión por una fuga de gas en una pipa de la empresa Gas Express Nieto, que colapsó el antiguo hospital materno infantil y provocó la muerte de cinco personas: dos bebés, así como las enfermeras Mónica Orta, Ana Lilia Gutiérrez Ledesma y el camillero Jorge Tinoco, además de dejar 72 heridos.

En un recorrido por la colonia Contadero, lugar de los hechos, se observó que la vida cotidiana volvió relativamente a la normalidad: las clases continúan en tres escuelas contiguas, las ventas se han normalizado para los comerciantes del mercado público de la colonia, el cual fue reconstruido tras los daños que sufrió el inmueble debido al estallido.

Sin embargo, el predio donde se construye el hospital sobre la calle 16 de Septiembre luce tapiado, sin gente en su interior; en el terreno se observa una serie de estructuras de varilla para las columnas de la clínica, las cuales están oxidadas porque desde hace cinco meses los trabajos se suspendieron, por lo que los habitantes de la zona siguen sin una opción para recibir atención médica.

“Fue a principios del año pasado que trajeron materiales y maquinaria, empezaron a excavar y a trabajar, pero desde agosto ya no hay movimiento”, comentó Pilar, una de las comerciantes del mercado Contadero.

Los recursos para construir el inmueble provienen en su totalidad del gobierno federal, en particular del Fideicomiso del Sistema de Protección Social en Salud, mejor conocido como Seguro Popular, y se trata de una inversión total de 500 millones de pesos para la obra, de acuerdo con documentos obtenidos a través de transparencia.

De ese monto, el gobierno federal debió entregar a la Ciudad 289 millones de pesos en 2017 y otorgar los 211 millones restantes para este año, según se indica en la solicitud de registro que hizo la Comisión Nacional de Protección Social en Salud ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), solicitud para inscribir en la cartera de programas y proyectos de inversión la obra del hospital, que quedó inscrita el 9 de agosto de 2016 y de la cual EL UNIVERSAL tiene copia.

El proyecto consiste en la construcción de un inmueble de 10 mil 619.80 metros cuadrados con capacidad para 72 camas, 12 cubículos de consulta externa, áreas de imagenología, hospitalización, urgencias, ingeniería biomédica, consultorios de apoyo, auxiliares de diagnóstico, farmacia, trabajo social, archivo cínico y área de gobierno, además de que se tiene contemplado un helipuerto.

Trabas y escaso avance

En agosto de 2015, seis meses después de la explosión del 29 de enero, la obra del nuevo hospital iniciaría, según había prometido el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, y se concluiría a inicios de 2017. Pero no fue así.

Apenas en agosto de 2016 se lanzaba la licitación y en diciembre de ese año se anunciaba el fallo a favor de la compañía Promotora y Desarrolladora Mexicana (Prodemex).

Entonces, la obra por fin inició en enero del año pasado y se tenía planeado que concluyera a fines del mismo, pero en agosto los trabajos se detuvieron.

Fuentes al interior del Gobierno capitalino atribuyen los problemas al esquema del Seguro Popular para liberar los recursos a la Ciudad de México, a través de la modalidad de “costos devengados”, lo que en los hechos ha causado retrasos en la transferencia del dinero y a su vez en los pagos a la empresa constructora.

Por esta razón, la compañía constructora solicitó una terminación anticipada del contrato, mientras se soluciona el problema en la lentitud en el flujo de los recursos y por ello se suspendió temporalmente la obra, de acuerdo con las fuentes consultadas.

Entre lo poco que se pudo avanzar, la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse), que coordina la edificación, aseguró que en el primer semestre del año pasado realizó la excavación y conformación del terreno, habilitó la losa de fondo y la cimentación en tres de las cuatro plataformas que conformarán el hospital.

La Sobse afirmó que la Secretaría de Salud local le entregó el proyecto médico-arquitectónico en agosto de 2016, cuando Armando Ahued era el titular de ésta, y en cuanto recibió recursos también inició la obra.

Sin embargo, “cuando se han hecho adecuaciones de proyecto o se ha interrumpido el flujo de recursos, por estar a expensas de ambos factores, los trabajos en sitio también se han parado”, justificó en una tarjeta informativa la Sobse, encabezada por Édgar Tungüí.

A tres años de la explosión, olvidan el hospital de Cuajimalpa
A tres años de la explosión, olvidan el hospital de Cuajimalpa

Se solicitó la versión de la Secretaría de Salud capitalina, a cargo de Román Rosales, para saber qué ha pasado con el hospital, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

¿Terreno suficiente?

Otro conflicto del proyecto, en un principio, fue la necesidad que expresó el Gobierno local de reunir una superficie de 10 mil metros cuadrados de terreno para hacer un hospital general en la misma zona del Materno Infantil y así cumplir con las normas.

Así que casi seis meses después de la explosión, el Gobierno capitalino concretó la compra a un particular de una porción de terreno de 4 mil 744.39 metros cuadrados, contigua al hospital y por la que pagó 33 millones 210 mil 730 pesos, según se lee en el contrato de compra-venta, fechado el 23 de julio de 2015, obtenido vía transparencia.

Aunque las autoridades han indicado que ya tienen los 10 mil metros de terreno, la suma de este predio y el del antiguo Hospital Materno Infantil, que mide 3 mil 573 metros cuadrados, da un total de sólo 8 mil 372.39 metros cuadrados. Lo que sí tendrá más de 10 mil metros cuadrados es el edificio del hospital.

En un principio se planteaba reubicar un kínder y una serie de espacios públicos ubicados sobre la avenida 16 de Septiembre para adecuar el hospital y ampliar la calle, pero tampoco se ha hecho hada de esto.

Por lo menos un año más

De acuerdo con el registro del proyecto ante autoridades federales, que incluye un estudio de costo-beneficio a 30 años, el hospital general de Cuajimalpa implicará un costo de 3 mil 826 millones 439 mil 946 pesos más IVA, derivado de las obras, mantenimiento y operación en un periodo de 2017 a 2048; sin embargo, el beneficio en ese lapso sería de 10 mil 008 millones 107 mil 925 pesos.

En breve entrevista, el titular de la Secretaría de Obras y Servicios de la Ciudad, Édgar Tungüí Rodríguez, aseguró que la meta es terminar la construcción este año.

A tres años de la explosión, olvidan el hospital de Cuajimalpa
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Sin embargo, el proyecto de inversión del Seguro Popular estima que el hospital empezaría a operar el próximo año, esto siempre y cuando la construcción se termine en diciembre de 2018 y luego sea equipado.

“Para 2019, año que inicia la operación del proyecto de inversión, se beneficiará a 589 mil 258 personas, entre mujeres en edad fértil, niños y adultos de los municipios que contemplan la zona de influencia del proyecto”, explica el documento.

Ante esa situación, es casi nula la posibilidad de que la administración local de Miguel Ángel Mancera pueda inaugurar el nuevo hospital, como pretendía en un inicio, mientras que los vecinos de la zona poniente tendrán que esperar al menos un año más para tener su hospital prometido.

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