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Hace tres años, Éric decidió decirle a su mamá que era homosexual; pensó que su reacción iba a ser negativa e incluso lo podría correr de su casa, como le había pasado a uno de sus amigos, sin embargo, Alejandra lo aceptó y hoy es la tercera vez que asisten juntos a la Marcha del Orgullo LGBTTTI.

“Me di cuenta que él era gay desde muy pequeño, pero no dije nada y siempre le di consejos, traté de no meterme y esperé hasta que él lo decidiera; le di mi promesa que siempre estaría con él”, confiesa Alejandra, quien porta una bandera del arcoíris.

Llegaron temprano para reunirse con otros amigos de Eric, aunque Alejandra también invitó a una amiga para “echar relajo”.

Los jóvenes dan un recorrido por todos los carros alegóricos antes de que inicie la marcha, para ver a cuál seguirán, siempre deciden por el que tiene más música.

“Yo lo animé a que viniéramos a la marcha la primera vez, ahora hasta invita a sus amigos, pero antes le daba pena, tenía ese conflicto interno; espero haberlo ayudado y si no, por lo menos nos hemos divertido”, dice Alejandra.

Eric tiene 19 años y no ha tenido una relación seria, pero su mamá espera que algún día encuentre a la persona indicada y poder organizar una boda e incluso cuidar a un nieto.

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