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A cinco años y cuatro meses de gestión en los que pasó por diversas polémicas, además de la tragedia del sismo del 19 de septiembre pasado, Miguel Ángel Mancera dejó de manera definitiva la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México para contender por una senaduría, sumarse a la campaña de la alianza Por México al Frente e impulsar los gobiernos de coalición en el país.

En las últimas semanas varios habían sido los avisos de que dejaría el puesto, pero ayer ahora sí fue su último día al frente de la ciudad más grande del país, en el que Mancera lució tranquilo y por momentos hasta bromista en su habitual conferencia matutina, lo que cambiaría al conmoverse y quedar al borde del llanto en un mensaje de despedida ante los medios, cerca de las 17:30 horas, en el cual una de sus primeras frases fue para reconocer que hubo acciones que provocaron molestia a la población, como el aumento a la tarifa del Metro o las fotomultas.

“Sé que muchas decisiones de esta administración fueron difíciles de asimilar, causaron molestia; así es cuando se tiene que gobernar para el bienestar común. Pero también estoy claro que finalmente el paso del tiempo terminará dándonos la razón sobre el trabajo realizado”, aseguró en un pronunciamiento que duró poco más de cinco minutos.

Antes de ese mensaje, el ahora ex mandatario encabezó un acto en el que incorporó a los policías a los programas sociales de la capital, después tuvo una última reunión con su gabinete, en la cual incluso invitó tacos de canasta a sus funcionarios, entregó su licencia definitiva al presidente de la Asamblea Legislativa (Leonel Luna) y finalmente vino el momento de la despedida.

Con saco negro y corbata verde, Mancera entró al Salón Murales del Palacio del Ayuntamiento a dar su mensaje, después de más de un lustro de haber llegado con la votación más alta en las elecciones para jefatura de Gobierno.

En más de una ocasión agradeció por la oportunidad para servir a la capital y dijo que su aspiración al Senado “no es un proyecto personal, es más bien un proyecto subordinado a una causa nacional”.

Mancera sostuvo que “nunca interpuse un interés personal a los de la Ciudad, trabajé de manera permanente y sin escatimar, sin regateos. Muchas gracias a todos, gracias una vez más por permitirme buscar lo mejor para nuestra Ciudad.

Dijo que seguirá siendo ciudadano y no militante, además que no le interesa el encono sino las propuestas y aprovechó para decir que entre sus logros resaltó la creación de la primera Constitución de la Ciudad de México y la creación de más espacios públicos, al tiempo que dijo que la ruta de la reconstrucción tras el 19-S está perfectamente definida para su gabinete.

Antes de concluir se le entrecortó la voz y los ojos mostraron que se conmovió al extremo del llanto. “A la Ciudad de México no le puedo decir adiós, le doy las gracias, le doy las gracias al igual que a todos y a todas ustedes”, al tiempo que levantó la palma y luego las manos empuñadas en señal gratitud.

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