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Miguel Ángel Montiel, de 40 años, fue asesinado por dos hombres que se subieron a su microbús. Gritaron a los pasajeros: “¡Bájense! ¡O se los carga la chingada!”. Miguel paró el vehículo de color verde, y uno de los sujetos le disparó; sacó un líquido y lo roció por la unidad. Después, le prendieron fuego.

Las fotos del cuerpo calcinado de Miguel, en su micro apodada Mickey, fueron publicadas en una página de Facebook llamada Sr.Cuautepec. Así fue como su familia se enteró que lo habían matado. Su esposa Yaneli y sus hermanos fueron al lugar donde quedó el microbús y después les dieron sus restos.

“Las autoridades me dicen que están siguiendo la línea de investigación y no me han dicho nada. No me prestan ningún expediente. Lo que sé es lo que dice la gente por la página esa. Se me hace de muy mal gusto, era un padre de familia, tenía cuatro hijos”, dijo su esposa.

Miguel es el tercero de cuatro hermanos. A los 16 inició como conductor de la Ruta 18, que va de Cuautepec a lndios Verdes. Uno de sus abuelos fue quien inició esa línea de transportes. Miguel fue el único de sus hermanos que se dedicó a conducir un microbús.

Su hermana Victoria, la mayor, era también la persona que escuchaba las anécdotas de Miguel, quien llevaba 24 años como chofer. Él le contaba que durante los trayectos asaltaban, que cuando los maleantes subían al autobús lo primero que hacían era amenazar a los conductores. Pero la violencia que existe en Cuautepec no es secreto: “A cada rato se suben a asaltar a los camiones. La ruta 18 sí sabe lo que pasa con los choferes pero no ha hecho nada por ninguno de ellos. Mi hermano no sólo era chofer, también era copropietario de un camión”.

Miguel también era el único sostén de su familia. Su esposa es demostradora, pero desde diciembre no tiene empleo. Ambos cuidaban de cuatro hijos: tres niñas y un pequeño. En algún momento de su vida viajó a Estados Unidos para trabajar y mandarle dinero a su familia. Luego regresó porque los extrañaba.

Este sábado, desde muy temprano, su esposa, hijos, hermanos, tíos y amigos llegaron al velatorio donde estaban los restos de Miguel, pero ningún representante de la Ruta donde trabajó dos décadas de su vida o compañeros se aparecieron.

Una de las líneas de investigación que las autoridades siguen es que a Miguel lo pudieron haber matado por una venganza. “Ellos piensan que pudo haber tenido un altercado automovilístico, pero no”, dice su hermana mayor.

Miguel jamás le contó ni a su esposa o a su hermana si recibía amenazas de algún tipo. “Últimamente Cuautepec se ha tornado sumamente violento. Casi todos los días aparece un muerto y las autoridades no hacen nada”.

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