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Empresarios de la Condesa denunciaron irregularidades durante los operativos. Representantes de los bares Memphis y Savú, cateados el pasado 9 de junio por elementos de la procuraduría capitalina y donde se encontraron casi 3 mil dosis de diversas drogas, por lo que se detuvo a 31 personas, acusan que dicho operativo es una suerte de extorsión de la dependencia investigadora.

Jorge Arriaga, encargado del bar Savú, aseguró que en esos lugares no se vende droga, sospechando incluso que posiblemente todo lo decomisado fue “sembrado” por las autoridades. Responsabilizó a la fiscal contra el narcomenudeo, Mireya Gómez, quien encabezó el operativo, de dejar sin sustento a aproximadamente 100 personas que laboran en los centros nocturnos.

“Estamos siendo acosados por la autoridad, en este caso por la fiscal Mireya Gómez, quien encabezó este ridículo operativo donde se deja a más de 100 personas sin trabajo. Ese día, entro y me presento con la policía y les digo que soy el encargado y me pongo a sus órdenes, y me dicen: ‘Tú eres el encargado, ya valiste madres, te cargó la chingada.

“Después, ya en la carpeta de investigación que se entregó al juez, cuando empieza el juicio, la fiscal pone que vinieron dos policías y que tocaron la puerta, que nadie los atendió, pero es una mentira porque tenemos los videos del operativo; ahí se ve cómo interrumpen, llegan sin mostrar una orden, maltratando y empujado a toda la gente. ¿Qué es eso, en manos de quién estamos?”, cuestionó el empresario.

Arriaga comentó que la noche del viernes ocho antros del sector de la colonia Condesa cerraron sus puertas a manera de protesta. El empresario explica que el acoso de las autoridades se ha salido de control, pues los operativos son insistentes y sólo en algunos lugares, y eso afecta la vida nocturna de toda la zona.

Sobre el narcomenudeo en el sector, detalla que es un problema añejo y que los propios agentes investigadores saben quiénes son los vendedores. Ellos como empresarios, dice, se ven imposibilitados para combatir esa situación, pero dice que están abiertos a todo tipo de investigación apegada a derecho.

“La droga existe en toda la ciudad; nosotros en ocasiones ni cuenta nos damos porque estamos atendiendo otras cosas. Aquí el problema son los abusos, el día del cateo los clientes se asustaron mucho. Cuando subí al segundo piso, a todos los tenían amarrados, apuntándolos con las pistolas y tratándolos como los peores delincuentes.

“En la denuncia, la fiscal dice que encontraron más de mil dosis de droga, pero dime, ¿cómo explicas que entre toda esa droga, ni un empleado, ni uno tenía droga en sus bolsillos o en sus manos? Por eso todos están libres. Lo que pido es que cese el hostigamiento y se limpie el nombre del lugar porque aquí no se vende ni un tipo de droga”, afirmó.

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