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Ricardo Becerra, el comisionado para la Reconstrucción, Recuperación y Transformación de la CDMX, afirma que se buscarán apoyos económicos del extranjero con el objetivo de que este año no se detengan los trabajos para enfrentar los daños que dejó el sismo del pasado 19 de septiembre.
“Puede ser que el Banco Mundial nos brinde algún tipo de apoyo, el Banco de Desarrollo para América Latina, el Banco Interamericano de Desarrollo… Son algunas otras alternativas que tenemos para que la reconstrucción nunca se detenga. No importa que no avancemos rápido sino sostenidamente”.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el funcionario precisa que el programa de reconstrucción presentado oficialmente el 13 de enero, tiene este año un presupuesto de 8 mil millones de pesos asignados por la Asamblea Legislativa.
“Lo de septiembre fue una revisión post sísmica de los inmuebles, pero no de las personas. Sabiendo con precisión el nivel de daño, sabremos entonces cuánto nos va a costar la reconstrucción porque en este momento no lo podemos definir. Buscaremos formas para hacer que esos 8 mil millones de pesos rindan, pero también tenemos que buscar otras opciones de financiamiento”.
Otra posibilidad, señala, es realizar un programa con ciudades de Estados Unidos para que éstas adopten un edificio y se hagan cargo de su reedificación. “Por ejemplo, en San Antonio se ha llevado a cabo festivales a favor de la CDMX, y se nos está pidiendo informarles dónde se necesita más apoyo. Creemos, por ejemplo, que esos fondos podrían irse quizás en edificios habitados prácticamente por adultos mayores para que su reconstrucción no resulte imposible. Pero eso nos lo confirmará los censos”, explicó el funcionario.
El comisionado se refiere a los seis censos que iniciarán su aplicación en próximos días y con los que se evaluarán los siguientes rubros: situación socioeconómica de los damnificados, número de inmuebles afectados, daños al patrimonio artístico e histórico, mercados y empresas; así como actividades agrícolas.
“Sabiendo con precisión el nivel de daño en estas áreas, sabremos entonces cuánto nos va a costar la reconstrucción porque en este momento no lo podemos definir. Los censos nos precisarán quién tiene mayor necesidad y dónde hay más necesidad. Por desgracia los recursos son finitos y tenemos que maximizar el beneficio para todos porque el grado de daño y damnificados es largo, ancho y extenso. Va desde Tláhuac hasta Lindavista, afectó a un promedio de 25 mil hogares y casi 900 edificios de más de tres pisos. La idea del programa es hacer trajes a la medida de los damnificados, un menú de acciones para que nadie se quede sin apoyo del gobierno pues no hay nada que deprima más a un damnificado que ver detenido su predio, sin avances”.
¿Quiénes no desean adquirir una nueva deuda, se les podría regalar la reconstrucción?
—Se puede hacer una reconstrucción sin deuda; gratis no porque no hay dinero. O bien que paguen una parte muy pequeña. Hay apoyos a fondo perdido para la reconstrucción asistida y apoyos para la gestión bancaria de créditos hipotecarios en condiciones de mercado.
Te lo voy a poner así; el tecnócrata cree que hay una sola opción, la suya. El populista cree que no hay restricciones y aquí sí las tenemos. El programa de reconstrucción se mueve entre estos dos extremos y en medio hay muchas opciones que podrán ser tomadas y asumidas por los damnificados según su condición socioeconómica y el daño que sufrieron.
Becerra subraya que se moverán dentro del marco normativo de la ley de reconstrucción que aprobó la Asamblea Legislativa; y sobre ello ejemplifica que una posible reconstrucción gratuita podría llevarse a cabo solamente en zonas rurales “donde no hay modo de rehacer un patrimonio o en las zonas donde se haya afectado más a los adultos mayores, pero eso lo verificará el censo”, advierte.
Dicha ley también especifica que hay otro tipo de zonas donde sí es posible rehacer un patrimonio, “y allí ofreceremos otro tipo de soluciones según la condición socioeconómica y nivel de daño que tenga el afectado”, dijo.
El programa de reconstrucción, en su página 25, cita que los legisladores capitalinos consideraron (durante el debate de dicha ley) que el apoyo a damnificados no podía ser gratuito “porque ni el país ni la ciudad cuentan con recursos ilimitados” y que por tal razón “las ayudas individuales en términos de reconstrucción se determinarán en función de la situación socioeconómica y habitacional del afectado”.
Entonces,¿Cuántos créditos estiman que podrían irse a fondo perdido?
—No lo sé, para eso están los censos porque por ejemplo no todos los habitantes de la delegación Tláhuac viven en pobreza, hay algunos muy ricos y ellos sufrieron sólo el problema de las grietas. Igual en el caso de Xochimilco, hay casas muy bonitas afectadas.
Entre las opciones intermedias, enlista el comisionado Becerra, habrá afectados que no pagarán nada del costo que implique la reconstrucción de su vivienda, excepto los intereses de la deuda. Otra opción, dice, son los créditos que se logren concretar con Instituto de Vivienda capitalino.
“Mucho ayuda el que no estorba”
Comisionado, los damnificados se preguntan por qué la reconstrucción debe costarles cuando hubo un importante número de donaciones económicas.
—Sí, hubo donaciones, pero las donaciones internacionales las maneja el gobierno federal y las donaciones privadas prefirieron estar administradas por instancias privadas, con sus propios recursos y formas.
¿Es decir que los recursos que llegaron al gobierno federal no están bajando al gobierno capitalino?
—No, para este año que es la fase intensa de reconstrucción sólo contamos con los ocho mil millones de pesos que le decía pero vamos a necesitar más dinero.
¿Se sienten abandonados por el gobierno federal?
—No, la colaboración ha sido buena y la prioridad del gobierno federal son los estados más pobres como Oaxaca y Chiapas. Tenemos mucha colaboración con la Comisión para la Protección y Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (Condusef) para recuperar los seguros de hipoteca. Tenemos colaboración con el Infonavit que puede ayudarnos en otro tipo de créditos. Yo no me quejaría de la no ayuda del gobierno federal pues, mucho ayuda el que no estorba.
En pleno año electoral, el comisionado descartó que el programa de reconstrucción esté en riesgo de politizarse porque “ésta no es una comisión facciosa y seremos nosotros quienes fijemos las prioridades”.