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La procuraduría capitalina tiene abierta otra línea de investigación en torno a los robos a restaurantes y comensales en el corredor Roma-Condesa, que se este año se extendió a las colonias Del Valle, Narvarte y otras. Con base en las denuncia que los propios afectados han hecho, se busca a una banda que extorsiona a pequeños restaurantes y cafeterías en toda esta zona.

Los reportes indican que estas personas —que tienen su centro operaciones en la colonia Doctores— antes de robar, eligen un restaurante o cafetería y les exigen el llamado derecho de piso. La cantidad oscila entre los 300 y 500 pesos por semana, la cifra dependen del tamaño del local; si es grande y con clientes, piden más.

De acuerdo con los afectados, los extorsionadores les advierten que de no pagar, al local “le podría pasar algo grave”. Si los encargados hacen caso omiso y les piden a los agresores que se retiren, dos o tres días después el local es asaltado o incluso, de manera extraña, dos comensales jóvenes se pelean o se quejan del mar servicio del lugar con la finalidad afectar la reputación del comercio.

Después esas personas acuden a otro lugar y repiten la operación, pero ahora ponen como ejemplo a un establecimiento que se negó a pagar los 500 pesos de cuota.

En este año se han reportado siete incidentes similares, el último fue hace mes y medio. El propietario se negó a pagar y una semana después lo asaltaron. Los restauranteros molestos por la situación, analizan la posibilidad de pagar seguridad privada las 24 horas del día.

Además, siguen invirtiendo en cámaras de seguridad, pues están conscientes que la ayuda y patrullajes de la Policía Capitalina no son suficientes, por lo que piden que los robos cesen para no afectar la siguiente temporada vacacional, donde se espera alta afluencia de visitantes.

“Pasa algo curioso, las cafeterías o negocios que no pagan extrañamente después son asaltados. Es una constante que nos han reportado, luego son extorsiones de 300 o 500 pesos, pero por muy simple que sea esto incomoda a los empresarios, pues le deben dar la seguridad a los clientes de que no les va a pasar nada mientras estén en su negocio”.

“Aunque las extorsiones ya son menos, se siguen registrando. Nos avisaron también, por ejemplo, que a una mueblería que está en ese mismo corredor la extorsionaron. No es un pago sistemático, sólo llegan amenazan y piden ese dinero”, dijo Ada Irma Cruz, presidenta de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño (Canacope) de la Ciudad de México.

Mientras los empresarios se ponen de acuerdo para pagar la vigilancia privada, tendrán que seguir en coordinación con la policía, trabajo que según cifras de la Procuraduría Capitalina, hasta la fecha no ha dado buenos resultados pues los robos de este tipo van en aumento.

Salen con miedo. Clientes que con frecuencia acuden a este corredor, aseguran que ahora salen con miedo e incluso han tomado sus propias medidas de seguridad. Explican que varios ocupan estos espacios como una suerte de oficina alterna donde llevan sus equipos de computo, tabletas y teléfonos para trabajar, artículos que ahora temen que les roben.

“El principal miedo es que nos roben todo, si te das cuenta, la mayoría trae equipo de computo y mínimo un celular. Si nos roban imagínate, se llevan horas de trabajo, proyectos y en fin, además el susto”.

“Los vecinos conocemos a alguien que por lo menos lo han robado una o dos veces, dijo Jorge, comensal de la Condesa, víctima de asalto.

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