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La mayoría de los capitalinos conoce o han escuchado la historia de un amigo, vecino o compañero de trabajo que fue víctima de robo en el Metro. Todos ellos han caído en las redes de los carteristas, hombres y mujeres que buscan celulares, tabletas electrónicas o bolsos para robar.

Esta situación de inseguridad se refleja en las estadísticas de incidencia delictiva de la procuraduría capitalina, que coloca al Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC) como el más inseguro de la ciudad, debido las denuncias que se han registrado en este año; este delito es superado sólo por el robo a transeúnte que afecta a toda la Ciudad.

En este sentido y según las estadísticas de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) capitalina, el delito de robo a pasajero el interior del Metro aumentó 450% durante este primer semestre, en comparación con 2016. Las cifras detallan que, por ejemplo, de enero a julio de 2017 se presentaron mil 105 denuncias de usuarios que fueron víctimas de robo; mientras que en el mismo lapso de 2016 se contabilizaron 245.

Durante julio de 2017 se concretaron 305 denuncias ante el Ministerio Público por este delito, la cifra más alta que se ha registrado desde que la dependencia efectúa este conteo, a través de la Dirección General de Política y Estadística Criminal de la procuraduría, en enero de 2014. Gracias estas denuncias se han detectado las estaciones y los productos más buscados por los delincuentes.

Gracias a esto se detectó, por ejemplo, que las estaciones Cuatro Caminos, Buenavista, Tepito, Observatorio, Normal, CU, Merced, San Lázaro y Cerro de la Estrella son los puntos donde más robos registran, en estos lugares se ha detectado que existen bandas organizadas que se dedican a este ilícito, principalmente en las horas de más afluencia.

Además ubicaron a carteristas improvisados que sólo aprovechan el tumulto que generan los usuarios para robar lo que se pueda.

Se sabe también que operan bandas de “enganchadores”, donde una mujer finge que un usuario le hizo tocamientos, provoca un escándalo y llegan tres o cuatro hombres que acorralan a la víctima y le dicen que observaron todo y que lo llevaran ante la autoridad; el usuario, al sentirse intimidado, opta por negociar con ellos y les entrega de entre 300 pesos y 500 pesos para que lo dejen en libertad.

Las denuncias se han extendido también hacia los policías que cuidan las estaciones, pues a decir de los afectados éstos no ayudan y, por el contrario, brindan protección a los delincuentes, por lo que siete elementos han sido puestos a disposición de las autoridades competentes.

En los puntos más peligrosos del Metro se roban desde cadenas de oro y pulseras, hasta teléfonos celulares o incluso zapatos. Tres denuncias son de jóvenes que aseguraron que en la estación CU, de la Línea 3, los despojaron de sus tenis.

Los objetos más buscados son las tabletas electrónicas y en diciembre, por ejemplo, juguetes y electrónicos, aunque gracias a las cámaras de seguridad estos actos se pueden apreciar, pero para las autoridades es imposible detener a los sospechosos por la cantidad de personas que utilizan este medio de transporte.

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