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En un partido de futbol en Ciudad Deportiva sólo se escuchó el motor de una motoneta y un grito de auxilio.

Eran las voces de los futbolistas que pedían ayuda para Carlos, un hombre que fue asesinado con un arma con silenciador.

A las 11:30 de la mañana de ayer, los jugadores del equipo Fuerza Juve caminaban por la cancha para ir hacia las gradas.

Era el medio tiempo. Carlos y sus compañeros tomarían el descanso obligado que marca el partido. Pero antes de salir del campo 4 de la Ciudad Deportiva, dos hombres a bordo de una motoneta se acercaron a la cancha.

Ante la mirada de los jugadores, uno de los motociclistas sacó un arma de entre su chamarra, apuntó hacia Carlos y disparó en cinco ocasiones.

En el lugar no se escucharon las detonaciones. Los testigos sólo vieron caer al jugador y escapar a los homicidas.

Salieron, dicen, por uno de los pasillos para peatones que da hacia la puerta ocho.

Nadie se atrevió a detenerlos porque, según los testigos, el copiloto aún llevaba el arma desenfundada. Por eso lograron escapar por el viaducto Río de la Piedad, en Iztacalco.

Fueron los compañeros del herido quienes pidieron ayuda de los paramédicos y dieron aviso a sus familiares.

Los rescatistas sólo confirmaron el deceso. Cuatro tiros en el tórax y uno más en la cabeza lo mataron. Los familiares llegaron desde Ecatepec para identificarlo.

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