Y llegó septiembre, con su apetecible oleada de garnachas , frituras de maíz, caldos, cocidos, tacos, tostadas, moles, salsas, buñuelos y demás manjares de la mesa nacional. Sí, querido lector, se viene una temporada dedicada a explorar el vínculo que existe entre vino y cocina mexicana .

Marida las garnachas mexicanas con el vino adecuado
Marida las garnachas mexicanas con el vino adecuado

Más allá de enlistar casamientos, de esos que luego se presentan como fórmulas absolutas, es importante entender el efecto sensorial que sucede al combinar fermentados de uva y platillos de la cocina mexicana. Es cierto, nuestra gastronomía es contundente en sabores - dulce, amargo, acido y salado -, está plagada de condimentos y es capaz de provocar todo tipo de sensaciones en boca: picor, astringencia, untuosidad… El vino , de acuerdo con su carácter , es capaz de exaltar, neutralizar o abatir dicho efecto gustativo; tintos demasiado astringentes serán, naturalmente, potenciadores del picor.

Vayamos a ejemplos particulares. Vinos blancos secos, con aromas delicados y acidez moderada, por ejemplo, son capaces de abrazar preparaciones líquidas ligeramente especiadas, como caldos de pescado o el icónico caldo tlalpeño chilango. Por el contrario, los vinos blancos de acidez marcada encontrarán balance junto a frituras de maíz aderezadas con proteínas y vegetales neutros, como pollo o papa. Sí, hablo de tacos dorados, tostadas, sopes, quesadillas y demás expresiones.

Marida las garnachas mexicanas con el vino adecuado
Marida las garnachas mexicanas con el vino adecuado

¿El pozole ? Si es de caldo con guajillo, la opción son espumosos secos ; si es blanco, de pollo o maciza de cerdo, nada como blancos jóvenes y secos, con acidez refrescante y buena frutalidad. Mención especial merecen los blancos criados en barrica, mucho más estructurados y complejos, los cuales requieren aliados especiales; un plato de escamoles salteados en mantequilla, con su porción de cebolla y epazote, es perfecto para acentuar la untuosidad, calidez y frutalidad de un Chardonnay con madera.

“Carlos, ¿qué hay de los tintos ?”. También tienen posibilidades, siempre y cuando se trate de ejemplares con astringencia moderada y de preparaciones con picor sutil. Tintos jóvenes, con buena carga frutal y ligerísimos matices especiados, armonizan bien con algunos de los más icónicos tacos nacionales: de suadero , de mixiote de carnero, de res, de birria, de barbacoa … Sí, la perfección absoluta puede hallarse en un taco placero, de chicharrón seco con pico de gallo, y una copa de Syrah joven.

Marida las garnachas mexicanas con el vino adecuado
Marida las garnachas mexicanas con el vino adecuado

En términos de maridaje con cocina mexicana , los rosados se cuecen aparte. Gracias a su frutalidad, ligereza y frescura, estos caldos son capaces de hacer frente a la gran mayoría de expresiones nacionales. Acidez sutil y mínima astringencia son clave para entender la armonía que surge al combinar rosados con moles , chalupas, pambazos , caldos picantes, cebiches, enchiladas e incluso chiles rellenos con su respectivo caldillo de jitomate.

$500
Vid Mexicana 
PLATA .925
Tempranillo, Grenache, Syrah

Zona de producción: Valle de Guadalupe, Baja California

Vista: morado, con destellos violáceos

Nariz: intensos aromas de frutos negros maduros, con un fondo mentolado y agradables matices de pimienta y cacao tostado

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