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La colonia Narvarte, sobre todo en su tramo recorrido por avenida Universidad y vialidades aledañas, de un tiempo a la fecha tiende a consolidarse como uno de los “corredores gastronómicos” de Ciudad de México , si bien desde hace tiempo dispone de una amplia oferta de comederos que abarcan taquerías para trasnochados y establecimientos de cierta prosapia, como la desaparecida Casa del Filete , a la altura de la glorieta del SCOP, hasta restaurantes concebidos para todos los gustos, como El Viejo Camilo.
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Con más de dos décadas de existencia (muchos años se le conoció como Don Camilo) y la segunda generación familiar al frente del establecimiento, reúne en sus mesas a una variopinta clientela que envidiaría cualquier restaurante de la Roma, Condesa o Polanco. A su mesas llegan a instalarse por igual familias enteras —dispone de un área infantil con cuidadoras los fines de semana—, compañeros de trabajo o personas dispuestas a cerrar un negocio, sin faltar parejas o grupos de amigos, hombres o mujeres indistintamente, que gustan disfrutar de los partidos de futbol transmitidos en sus pantallas o la música en vivo presentada desde la tarde de miércoles a domingo, atendidos por su diligente personal femenino de servicio.
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Un vistazo a su oferta de bebidas permite apreciar la diversidad de gustos de su clientela (y respectivo poder adquisitivo): cervezas y aguas de sabor, pasando por tragos de batalla y coctelería de la casa, hasta vinos españoles de alta gama y champaña, que si las tienen es porque las solicitan.
Por la parrilla alimentada con leña y carbón de mezquite transita la principal oferta del lugar: una docena de variedades de cortes que abarcan los siempre
impresionantes cowboy y tomahawk, integrados a opciones de estilo argentino, las cuales conviven en la carta con la arrachera norteña, también ofrecida a manera de tacos, para lo que elaboran sus propias tortillas.
La variedad alimenticia se extiende a empanadas, lo mismo estilo argentino que siciliano, inusual por estas mexicanas latitudes —la rellenan con pimiento morrón, jamón y queso, y se fríe antes de bañarse con salsa de tomate—, jugo de carne y sopa de tortilla, además de pescados, ensaladas (la elaborada con avellanas enteras es por demás recomendable), pizzas, hamburguesas y pepitos, que suele preferir la gente para cenar.
Puede que Universidad no tenga el glamur de Masaryk, pero los encargados del restaurantes “adoptaron” el tramo del camellón de en frente, para brindar una agradable vista a quienes deciden instalarse en las mesas colocadas sobre la acera, frente al lugar donde el valet parking recibe los vehículos que luego llevará a uno de los tres estacionamientos propios con que dispone el establecimiento.
De nuevo: puede que este restaurante de Narvarte no sea igual a los de Roma, Condesa o Polanco, pero ya quisieran muchos de ellos contar con su afluencia de clientela.
El Viejo Camilo
Avenida Universidad 399, colonia Narvarte
Tel.
55 6181 5466
Horarios:
Mar. a jue., 13:00 a 00:00; vie. y sáb., 13:00 a 01:00; dom., 13:00 a 22:00
FB: @ElViejoCamilo
*Arturo Reyes Fragoso es especialista en gastronomía desde hace más de 20 años. Es autor de Agua la boca, restaurantes de la Ciudad de México en el siglo XX. Síguelo en Bitácora de Melindres.