Una guerra (adicional a las otras guerras que ya tienen lugar en Siria), estuvo a punto de estallar este fin de semana. Solo que esta vez, Irán e Israel estuvieron directa, no indirectamente (como es usual) enfrentados el uno contra el otro. Todo comenzó el sábado muy temprano cuando Israel interceptó una nave no tripulada (un dron) en su territorio, un Shahed-141 iraní el cual, de acuerdo con el ejército israelí fue enviado desde una base militar que Irán ha construido y opera desde Siria. Irán no solo niega que el dron hubiese sido enviado por ellos, sino que niega desempeñar cualquier papel en Siria que no sea de mera asesoría. Inmediatamente, Israel llevó a cabo un ataque en territorio sirio, algo que ha estado ocurriendo ya con frecuencia, salvo que esta vez, el ataque fue contra ese objetivo que Israel indica es la base iraní. Inmediatamente los aviones israelíes recibieron una carga de misiles antiaéreos muy superior a las usuales. Un avión israelí fue derribado, algo que no ocurría desde 1982. A pesar de que nuevamente Israel devolvió el golpe bombardeando varios objetivos en Siria, Jerusalem prefirió declarar que los misiles que habían derribado su nave, eran misiles “sirios” (no iraníes o rusos). Si Siria o Irán hubiesen respondido ante este nuevo ataque, una guerra mayor, quizás, pudo haber estallado. Pero el mismo sábado, Putin intervino para detener las hostilidades. ¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Por qué Irán habría querido provocar a Israel y arriesgarse a una guerra? ¿Qué consecuencias tiene este incidente que parece reflejar ciertas vulnerabilidades de la aviación israelí? ¿Por qué Rusia es quien interviene para detener las hostilidades? ¿Y dónde anda Washington?
Recupero unas líneas de un análisis anterior y añado el análisis de los últimos hechos.
Papel de Irán en Siria
Algunos recordatorios para entender el panorama completo:
2. La proyección geopolítica iraní contempla un amplio círculo de influencia chiíta que emerge desde Teherán, pasa por Irak (país de mayoría chiíta), cruza Siria (país gobernado por alawitas –una subsecta del islam chiíta-), y llega al Mediterráneo a través de Hezbollah, como dijimos, una milicia financiada, armada y entenada por Irán, la cual tiene mayores capacidades que el propio ejército libanés.
3. Una potencial caída de Assad en Siria, implicaba no solamente el desplome del mayor aliado de Irán en la región, sino también la ruptura de ese círculo de influencia en uno de sus puntos cruciales, cortando entre otras cosas, los canales de abasto entre Teherán y Hezbollah en Líbano.
4. De ahí la oportunidad que los rivales de Irán en la región (tales como Arabia Saudita, Turquía y Qatar) percibieron en la guerra siria, razón por la cual financiaron y armaron a la rebelión desde 2012. Y de ahí también la importancia para Teherán de asegurarse que Assad no cayera.
La ventaja de Assad en el conflicto sirio
2. Para Irán esto significa muchas cosas. Por un lado, el círculo de influencia arriba descrito, va a seguir gozando de buena salud. Pero, por otro lado, a nivel táctico, su reposicionamiento local es evidente. Hoy, tanto su personal de élite como las milicias que Teherán envió a Siria para ayudar a Assad, mantienen ubicaciones privilegiadas en territorio sirio y asisten al ejército de ese país en el control de dicho territorio. Adicionalmente, Irán ha conseguido establecer bases militares importantes que podrían tender a expandirse.
3. Las condiciones de ventaja para Assad han permitido que una parte de los combatientes de Hezbollah estén ya regresando a Líbano. Adicionalmente, estas nuevas circunstancias garantizan que las rutas mediante las cuales esa milicia es armada por Teherán, se mantengan operando.
4. Ello implica que Hezbollah no solo conserva sus capacidades y estatus previo a la guerra, sino que las incrementa. Ahora, sus militantes cuentan con amplia experiencia de combate, con un aliado—Assad—eternamente endeudado con ellos, y, por si fuera poco, con más y mejor armamento que hace seis años. Ahora, su concentración, y prioridades retornan a su país, Líbano, y a enfocarse en su principal y mayor enemigo, Israel.
5. Esto, en términos simples, significa que Irán puede darse el lujo de mantener su peso sobre Siria al mismo tiempo que se reenfoca en fortalecer su posición en Líbano. Sus aliados están ahora desplegados con amplias capacidades desde Irak hasta Beirut.
6. Esta lectura es la que está provocando reacciones por parte de los rivales de Irán.
Desde Israel
2. La otra meta de Jerusalem era asegurar que ni Irán ni sus aliados adquirieran nuevas posiciones en territorio sirio cercanas a la frontera con Israel, pues eran consideradas por ese país como potenciales zonas para efectuar ataques en su contra.
3. La cuestión es que, conforme Assad fue ganando la guerra, las cosas se fueron moviendo. Por un lado, para Israel se ha tornado cada vez más indispensable enviar el mensaje tanto a Siria e Irán, como a las potencias internacionales –Rusia y EU-, de que no va a permitir que sus enemigos ocupen posiciones en territorio sirio cercano a sus fronteras, o que se fortalezcan a niveles que incrementen la amenaza a sus intereses. Es por ello por lo que sus bombardeos sobre ese país han aumentado.
4. Pero por el otro lado, Assad está hoy mucho menos preocupado por la guerra que antes y, por tanto, desde hace ya varios meses, ha hecho algo que anteriormente no se atrevía a hacer: devolver el fuego contra los aviones israelíes, enviando con ello un contramensaje a Jerusalem: los ataques israelíes no van a disuadirle de que él, Irán o los aliados de ambos, ocupen el lugar que, tras seis años de guerra civil, han logrado ganar.
5. Esto, naturalmente ha venido elevando los riesgos de una confrontación. Sin embargo, esa confrontación, se estimaba, podía ocurrir entre Israel y Hezbollah (con quien ya ha peleado antes), pues de ese modo, Irán no tenía que enfrentar a Jerusalem de manera directa y con ello, evitaba el tener que pagar el costo de una escalada mayor.
¿Qué pasó entonces el sábado con el dron iraní?
Evidentemente, si efectivamente el dron en cuestión (que Israel ha presentado a los medios) fue enviado por Irán para cumplir alguna misión, ya sea de espionaje o incluso algún ataque, hay que insertar el hecho dentro del contexto previamente descrito:
2. Así, tenemos por un lado un golpe simbólico de enormes consecuencias: la aviación israelí es quizás, más vulnerable de lo que se pensaba. Pero por el otro, se le dice a Israel que: (1) Siria está equipada con capacidades defensivas modernas y sofisticadas, las cuales a veces son operadas por rusos, a veces por iraníes y a veces por personal del ejército sirio entrenado para ello; (2) Que Siria, de la mano de Irán, e incluso quizás de Rusia, está dispuesta a emplear esa fuerza para defender su espacio aéreo, aún al riesgo de escalar las hostilidades todo lo que haga falta; y (3) Que por lo tanto, Israel debe pensar muy bien la próxima vez que decida bombardear territorio sirio pues el costo irá creciendo.
¿Por qué Rusia y dónde está Washington?
Sea como sea, claramente, Putin no deseaba que la temperatura entre Irán e Israel siguiera escalando. Ya desde hace tiempo, Netanyahu entendió que, si Assad estaba ganando la guerra en Siria, ello fue, en buena medida, gracias a la intervención militar directa de Rusia en ese país. Por lo tanto, Jerusalem supo que, si deseaba garantizar sus intereses, tenía que negociar los términos con el Kremlin, no con Washington. Netanyahu, en efecto, ha logrado establecer un mecanismo de coordinación con Putin, quien, hasta cierto punto, se había hecho de la vista gorda cuando Israel bombardeaba Siria. Pero todo tiene un límite. El haber permitido que la espiral del fin de semana siguiese ascendiendo, hubiese desestabilizado aún más toda la región. Sin lugar a dudas, Israel hubiese golpeado severamente a Assad, el aliado del Kremlin, y con ello, los propios intereses rusos estaban en juego.
Así que Putin decidió intervenir para detener las hostilidades. Pero no lo hizo antes de que Israel hubiese recibido otro mensaje adicional: Rusia tiene un alto control de la zona, pero no el control total, y si Netanyahu sigue jugando con fuego, Irán tiene capacidad de golpearle, y fuerte, algo que Moscú no podrá evitar.
Mientras tanto, el vacío de Washington se siente como nunca. En la administración Trump- America-First , parece imperar la convicción de que Israel cuenta con la suficiente capacidad para autodefenderse, y, por tanto, no hay mayor deseo de incrementar la presencia estadounidense en la región.
Para EU, las consecuencias han sido analizadas en otros textos. Mientras, solo comentar que el tema en el que estos hechos sí pudieran impactar, es el del acuerdo nuclear con Irán. Entre abril y mayo, Trump deberá decidir si reinstala las sanciones contra Teherán, desactivando de facto dicho acuerdo nuclear. Lo que ocurrió este fin de semana (y lo que puede ocurrir posteriormente) fortalece la postura en Washington de retirarse definitivamente del acuerdo, con consecuencias que ya revisaremos posteriormente
¿Hacia dónde vamos?
Todos los mensajes han sido transmitidos. Pero en el fondo, nada ha cambiado. Israel no va a permitir que Irán y su aliado, Hezbollah, sigan expandiendo su presencia y capacidad de ataque desde Siria y muy probablemente lo expresará a través de nuevos bombardeos en territorio sirio. Al mismo tiempo, el eje Assad-Irán-Hezbollah seguirá intentando mostrar su resolución para impedir que esto ocurra, incluso bajo el riesgo de escalar las hostilidades hasta un conflicto mayor con Israel. Así que, probablemente, debemos esperar más eventos como el que ocurrió el fin de semana, con altísimo riesgo de escalamiento. Tal vez, una de las pocas alternativas para que esto no ocurra, implicaría un mayor involucramiento de Moscú y Washington para presionar a las partes en conflicto y buscar negociar la distensión, pero esta es una presión que hasta ahora, por razones diferentes, ambas superpotencias se han negado a ejercer.
Twitter: @maurimm