Siempre dicen “nunca digas nunca”y sí, muchas veces me he mordido la lengua jurando y perjurando que no haría tal o cual cosa. Me he encontrado diciendo: ni muerta llevaría tal prenda y ¡tras! En la siguiente temporada ya caí, pero no me siento cómoda. Ser honesta contigo misma y saber qué sí y qué no en cuanto a estilo personal me parece básico y claro. Hoy les hablaré de las tendencias que JAMÁS usaría ni aunque me pagaran o mi vida dependiera de ello (bueno no tanto así, pero entienden el punto).

1. Estilo buchón.

No es una tendencia por sí misma. Lo definiría más como un estilo peculiar: el exceso de logos, bling bling, lo recargado no solo en texturas, estampados, colores y brillos, sino también en información qué leer en todo el atuendo. Creo que lo que más me estresa es la presencia de grandes logos en todas las prendas, desde la gorra hasta el calcetín.

2. El zapato tipo Croc.

¡Jesús! Prefiero caminar descalza sobre carbón hirviendo que usar unos Crocs (sorry, but not sorry). Siempre he odiado esta silueta, forma y estructura de calzado. Me parece lo más espantoso que existe sobre la faz de la tierra. Dicho lo anterior, mi querido Christopher Kane en su pasarela de SS17 presentó una versión ‘cool y fashion’ de los Crocs y de verdad intentó que ‘se pusieran de moda’. Algunos personajes cayeron en este tren, mientras yo le perdí un poco el respeto. Además, cuestan como ¡cuatro mil pesos! Obviamente puedes comprar algo lindo y decente con ese budget.

3. La malla blanca.

El invierno pasado comencé a ver la temida ‘malla blanca’t a n to en el streetstyle internacional como en ciertas pasarelas. Yo no conozco a una sola persona sobre la faz de la tierra a la que se le vea bien (excepto a las señoritas enfermeras que lo llevan como uniforme y que merecen todo mi respeto y admiración por la gran labor que hacen). He visto editoriales en donde se proponen y me parece interesante el estilismo, sí he logrado ver looks que ‘f u n c i o n a n’, pero mejor dejémoslas para los disfraces y modas elevadas de revistas, no para lo cotidiano.

4. Los tonos neón. E

stos tonos no son mis predilectos. Me fascinan los colores y me encanta hacer contrastes con ellos. En ocasiones es interesante llevar un acento de color en esta gama, pero siento que hay que ser muy selectivos con los tonos estridentes y dejarlos como eso, un acento y no una explosión nuclear. No me odien, me pareció divertido hacer una reflexión de las piezas con las que no me identifico. Es padre hacer este tipo de ejercicios porque nos ayuda a ser más asertivas a la hora de vestir Recuerden también que hoy todo se vale y que mientras estemos có- modas con lo que portamos no cometeremos errores.

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