San Cristóbal de las Casas.— El párroco de Chicomuselo, Eleazar Juárez Flores, recibió una nueva amenaza de muerte; el prelado se ha opuesto a la actividad minera en ese municipio y ha promovido en varias comunidades que no se vendan bebidas alcohólicas.

La parroquia de San Pablo y San Pablo dio a conocer, en un comunicado, que el pasado sábado, a las 18:00 horas, el sacerdote se encontraba en la gasolinera cuando José Hernández Domínguez, comisariado ejidal de Pablo L. Sidar, procedió a agredirlo verbalmente y acusarlo “de ser un violador y de meterse en cosas que no le importan, por lo que se estaba ganando unos balazos”.

El religioso optó por retirarse del lugar y se dirigió a su casa; sin embargo, al recorrer “algunas calles, se percató de que lo iban siguiendo, y prefirió tomar otra calle que también daba a la parroquia”.

“Como iglesia se promovió la cancelación del permiso de la cervecera en Pablo L. Sidar y se logró con apoyo de muchos ejidatarios, razón por la cual el comisariado anda muy molesto contra los servidores y servidoras de la Iglesia”, explicó.

Debido a esta situación, los agentes pastorales, catequistas, diáconos y otros feligreses, manifestaron su preocupación y responsabilizaron a José Hernández Domínguez de cualquier cosa que pueda ocurrirle al párroco y a otros miembros de su comunidad.

Desde 2010, el sacerdote Eleazar Juárez Flores ha recibido amenazas de muerte por denunciar intentos de reactivarse la actividad minera en ese municipio.

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