“Ayuda, ayúdeme… tengo miedo de morir”

, dijo una de las colombianas que resultaron heridas en el choque de un Ferrari en la Autopista del Sol rumbo a la Ciudad de México. Ambas mujeres fallecieron días después.

EL UNIVERSAL tiene un video de la atención inicial que recibieron las colombianas Tatiana García Guzmán y Dayana Sánchez tras el choque. Las imágenes son muy fuertes, pues las muestran con quemaduras en el rostro y cubiertas con frazadas.

Por respeto a las víctimas, esta casa editorial ha decidido no mostrar las imágenes. Sin embargo, reproducimos el audio donde se escucha a una de ellas consciente.

Una mujer se le acerca y le pregunta su edad, y si ha ingerido medicamentos.

“¿Quieres agua? Hay que hidratarla de la cara”, se escucha entre la gente que acudió a auxiliarla, en espera de paramédicos profesionales.

Dayana no habla, solo se queja, suelta quejidos débiles.

Minutos antes, no se sabe cuántos exactamente, Tatiana y Dayana viajaban de Acapulco rumbo a la Ciudad de México en un Ferrari rojo. Iban saliendo del puente de Mezcala, cuando el auto se impactó sobre el muro de contención, salió volando hasta el carril del otro sentido de circulación. En el otro carril el Ferrari se impactó con un autobús de pasajeros y se comenzó a incendiar.

El Ferrari fue emplacado en el Estado de Morelos a nombre de Alberto Sentíes Palacios , conocido en las redes sociales como el “Lord Ferrari” hace años, luego ordenar a sus escoltas golpear al conductor de Uber.

Sentíes Palacios ha sostenido que ese automóvil sí fue de su propiedad pero que lo vendió hace dos años a una persona que hasta este jueves aseguraba que lo había prestado a Iván Borbolla o Iván de la Borbolla.

De acuerdo con versiones policiales el conductor del Ferrari iba a exceso de velocidad, perdió el control y se impactó contra un autobús para después terminar volcado. Según testigos, el Ferrari era seguido por otro auto deportivo BMW, cuyos pasajeros rescataron al conductor y se lo llevaron.

En el lugar dejaron a las chicas atrapadas en el interior mientras el Ferrari ardía en llamas.

—Ya llegó la ambulancia, abran paso. Ánimo mija, tranquila, dice una voz en la oscuridad de la autopista.

Una mujer se acerca a Tatiana, se pone de rodillas y habla con ella.

—Niña, ya llegó la ambulancia

—Ayúdeme, exclama Tatiana.

—¿Cuantos años tienes?

—29.

—¿Eres alérgica a un medicamento?

—No.

—¿Tienes alguna enfermedad?

—No.

¿Cuándo fue la última vez que consumiste alimentos?

—Ahorita.

—Ahorita a qué horas.

—Al mediodía

—¿Cómo te llamas?

Tatiana no responde y sólo pide ayuda.

—Ahorita te van atender, ahorita como sabes estamos en la carretera y no podemos hacer mucho, tranquila

—Ayúdenme.

—¿Quieres agua?, le dice un joven

—Sí

Pero interviene de nuevo la mujer: “yo creo que no sería bueno, no sabemos si adquirió una bacteria o algún cuerpo extraño”.

El video de dos minutos con 17 segundos se corta. Pero lo que sigue ya se sabe. Tatiana murió casi 48 horas después y Dayana un día después, ambas por lo severo de las quemaduras.

Con información de Justino Miranda y Arturo de Dios

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