El recién nombrado obispo de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Rodrígo Aguilar Martínez, dijo que su labor pastoral la quiere llevar a cabo como un “sembrador de esperanza”, porque “si la religión no se nota en obras queda en el aire y se va. En cambio si la fe se manifiesta en las obras concretas de nuestra vida, arraiga”.

Al término de su primera homilía en la plaza central ubicada frente a la catedral, cerrada desde el sismo del 7 de septiembre, el obispo explicó que un párroco de la diócesis lo presentó, en una visita a la comunidad, como un Sembrador de esperanza donde “con muchos trabajos” oficio parte de la misa en tzotzil.

Dio a conocer que se reunió con sacerdotes que trabajan en la zona tzotzil donde se enteró de la situación que prevalece entre Chenalhó y Chalchihuitán , donde aun hay despalzados de sus comunidades, por lo que le próximo sábado realizará una visita a los campamentos donde están viviendo temporalmente.

Aseguró que la diócesis quiere coadyuvar con los gobiernos de Chalchihuitán y Chenalhó para que “se restablezca la paz con una decisión justa”.

Consideró que encabezar la diócesis de San Cristóbal de las Casas es un reto porque esta provincia eclesial “tiene una identidad muy difinida”.

Será a partir de esta semana que recorra el territorio de la diócesis para presentarse ante los fieles católicos tzotziles, tzeltales, choles, tojolabales y mestizos.

Agregó que ha ratificado en sus cargos a los 109 sacerdotes diocesanos y los 43 religiosos que trabajan en la diócesis para que continúen al frente de su parroquia. Agregó que si hay algún párroco enfermo “estaremos atentos para no sobrecargarle el agobio y que se recupere”.

msl

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