La frontera de Coahuila está saturada, ya no se puede recibir una caravana más de migrantes, “estamos a la máxima capacidad, todo está excedido”, advirtió en la ciudad de Piedras Negras, el gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís.
El mandatario habló de la problemática que se presenta, durante un recorrido más por los albergues de Piedras Negras donde alojaron a mil 617 centroamericanos de la tercera caravana procedente de Honduras, Guatemala y El Salvador.
El sábado y domingo arribaron al municipio de Arteaga, colindante con Saltillo, mil 674 extranjeros, pero 57 de ellos abandonaron al grupo y se fueron a la ciudad de Monterrey, Nuevo león.
Vienen familias completas, incluso, mujeres embarazadas y una señora con siete hijos pequeños. Todos tienen como meta cruzar la frontera y buscar refugio en Estados Unidos, porque huyen de la violencia y la pobreza que hay en sus países de origen.
Riquelme Solís dijo que se les brinda ayuda humanitaria, alimentación, alojamiento, servicios médicos y asesoría jurídica sobre su situación migratoria en México, pero subrayó: “no está en nuestras manos el objetivo que ellos persiguen (entrar a Estados Unidos), y tampoco lo estamos promoviendo”, enfatizó.
Tratan de dialogar con ellos para conocer la situación real de cada uno, les hablan sobre sus derechos humanos y la ayuda humanitaria.
“ No permitiremos que transiten más migrantes por Coahuila , pues la frontera está saturada, pero tampoco vamos a provocar un caos, por tanto, deberán irse por otros estados; bloquearemos la entrada a Coahuila, pues esta caravana demandó un gran esfuerzo del alcalde de Piedras Negras, Claudio Bres Garza y de las autoridades estatales y federales”, subrayó el mandatario coahuilense.
Afirmó que tampoco merecen los nigropetenses tener este tipo de situaciones, “por ello vamos a buscar preservar siempre el estado de derecho, además no permitiremos que trastoquen la actividad de los habitantes de esta ciudad fronteriza, mucho menos el comercio, producción, productividad y demás”.
Continuará la ayuda para ellos en la medida de las posibilidades, pero de manera organizada, “como se hace en este momento, y para lograr que sea organizada hay que estar en constante diálogo con ellos”.
Se requieren controles para tenerlos organizados para darles de comer y hablar con ellos en relación a lo que se puede y también sobre lo que no se puede, para poder tomar las decisiones que sean pertinentes en los próximos días.
Cuestionado sobre el hecho de que las organizaciones expertas se quejaron de que no fueron llamadas para establecer protocolos de atención, respondió: "no sé quién las tenga que llamar, yo estoy haciendo mi trabajo y además buscamos que ellos tengan la ayuda necesaria, que puedan comer, que puedan dormir, que sus hijos estén a salvo, que quienes vienen enfermos o contagiados de algo, también puedan estar aislados, quienes tienen una situación especial, también, en eso estamos nosotros".
Además, se permitió la entrada a representantes de organizaciones de derechos humanos y a todos quienes vienen como representantes de sus países de origen, y se hace con respeto a los derechos humanos.
“Ya no hay capacidad para alojar a más migrantes, no podría decir que estamos a la máxima capacidad, puedo afirmar que estamos excedidos por el número de personas y por lo que ellos buscan, no tenemos ni siquiera la capacidad para ayudar a las autoridades migratorias mexicanas a revisar la situación migratoria de cada uno de los migrantes”, recalcó.
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