Elementos del Ejército Mexicano retiran los escombros para evaluar el daño de un 90 por ciento, en el templo de San Lorenzo Mártir, en el municipio tzotzil de Zinacantan, donde el sismo afectó también 345 viviendas, derribó cuatro escuelas y 25 más fueron deterioradas, informó el alcalde Manuel Martínez Jiménez.

El impacto telúrico tiró el campanario, colapsó algunos columnas y altares; imágenes de San Lorenzo

, Santo Domingo y otros santos, fueron reubicadas en el templo contiguo de Esquipulas. Fue necesario colocar las campanas en el atrio, debajo de un árbol.

Soldados del Ejército Mexicano retiraron los escombros esparcidos en el atrio del inmueble, uno de los sitios ceremoniales más visitados por turistas nacionales y extranjeros.

Funcionarios del Instituto Nacional de Antropología e Historia ( INAH ), de Cultura Federal y de la Secretaría Estatal de Turismo, acudieron ayer a Zinacantan, donde informaron a las autoridades locales que hoy miércoles iniciarán el expediente técnico y las valoraciones para dictaminar si procede la reconstrucción.

Aunque según el presidente municipal, Martínez Jiménez, “es mejor derrumbarlo y construirlo de nuevo, pero los del INAH dicen que valorarán si se puede hacer una reconstrucción parcial”.

Durante una ceremonia las campanas del templo de San Lorenzo Mártir fueron colocadas en el atrio, bajo un árbol, donde el sacristán, Francisco Hernández Pérez, las tañó ante cientos de tzotziles, de acuerdo con la tradición.

La construcción del templo inició en 1925 y concluyó diez años después, aunque el inmueble original se incendió, fue derribado y se construyó el actual que el jueves fue casi derribado por el sismo de 8.2 grados de magnitud.

El alcalde indígena agregó que la construcción fue levantada por los ancestros que no utilizaron varillas ni cemento, “por eso no estaba reforzado y no resistió el temblor”.

Para Zinacatan, el templo casi derruido, es un “monumento histórico considerado en el INAH ”, por ello esa institución participará en la valoración de los daños. Y, porque “ el templo es la casa de los zincantecos que creemos en San Lorenzo Mártir y en nuestras imágenes”, Martínez Jiménez.

En torno al templo los indígenas celebran sus diferentes festividades y se reúnen las autoridades tradicionales, como alféres, mayordomos, moletikes y sacristanes templos.

cfe

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