Obsoleto, viejo, desbordado, el Servicio Médico Forense (Semefo) del país está rebasado. Imagine esta cifra: 26 mil 573. Es la cantidad de personas que llenan el Foro Sol de la Ciudad de México. Es también la cifra de víctimas de homicidio doloso de enero a noviembre de 2017 en el país, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Ahora imagine esa cifra de cuerpos regados en los Semefos.

Los tres Semefos de Guerrero son los más saturados; el de Acapulco, por ejemplo, tiene capacidad para 150 cuerpos pero hay 297, en Chilpancingo hay 650, pero sólo se tiene cupo para 250, mientras que en Iguala hay 78 cuando apenas existe cabida para 30.

En Veracruz hay dos —en Xalapa y Veracruz—, que son insuficientes para atender la alta demanda de cuerpos localizados en fosas clandestinas y en asesinatos; en San Luis Potosí hay cinco, tres están saturados. En Oaxaca hay un refrigerador para 22 cadáveres; actualmente con cupo lleno. En Sinaloa, por ejemplo, desde diciembre de 2016, año que cerró con mil 162 asesinatos violentos, el Semefo de Culiacán funciona parcialmente.

Malas condiciones

Los Semefos del país han sido exhibidos con los hallazgos de cuerpos y restos en fosas clandestinas. En Morelos hay tres sedes, todas quedaron desnudas con el descubrimiento de más de 140 restos humanos encontrados en fosas de Cuautla y Jojutla en 2015. La contingencia pasó e incluso, en el panteón Jardines del Recuerdo, de Cuautla, construyen un "cementerio" para cuerpos no reconocidos con una capacidad de 500 gavetas.

En el estado de Durango, entre 2011 y 2012 fueron hallados 351 cuerpos en fosas. La fiscalía tuvo que rentar refrigeradores para resguardarlos.

Hay Semefos viejos, como varios en Chiapas que fueron construidos hace 20 años o en Baja California Sur, donde dos de cuatro iniciaron en la década de los 80.

Durante años, el Semefo de Fresnillo, Zacatecas, llegó a practicar las necropsias en el Panteón Municipal por falta de instalaciones. Y el de la capital tenía una antigüedad de 34 años. Ahora, ya los modernizaron. Por la misma situación pasó el de Torreón, que estaba ubicado en el sótano del Hospital Universitario, donde los cuerpos llegaron a apilarse uno encima de otro.

En Michoacán, Aguascalientes, Tabasco, Tamaulipas, Puebla, Tlaxcala y Chihuahua las autoridades afirman no tener problemas de saturación. De hecho, Tabasco, que está dividido en 17 municipios, tiene un total de 24.

Guanajuato tiene cinco Semefos, aunque la procuraduría se negó a dar más información. Tampoco las procuradurías de Nuevo León y Nayarit dieron informes.


Instalaciones rebasadas

Ante la falta de instalaciones, las autoridades estatales se ven en la necesidad de realizar convenios con funerarias, sobre todo en las regiones o municipios alejados. Coahuila, Hidalgo, Sonora, Oaxaca, Quintana Roo, San Luis Potosí y Sinaloa son algunos estados que tienen que recibir ayuda de funerarias.

En Sinaloa existe uno en Culiacán y otro en Mazatlán y Sonora cuenta con dos. En Quintana Roo hay cinco, pero en la zona Maya utilizan una funeraria.


Tiempos

Entidades como Coahuila, Michoacán, Puebla o Tabasco tienen regulado que a las 72 horas de no haber sido reclamado un cuerpo, éste puede ser enviado a la fosa común. Sin embargo, hay entidades más flexibles, como Hidalgo, donde albergan un cuerpo desde 2012. Según la Ley de Salud del país, no existe plazo cuando se trata de muertes violentas.

En Jalisco los cuerpos pueden durar hasta seis meses; en Yucatán y Baja California, 30 días. En Morelos, dos meses; en Aguascalientes, tres meses; en Michoacán, entre tres o cuatro meses, y en Oaxaca no hay plazo.

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