, de 30 años, de oficio albañil, murió el 5 de mayo a causa de los golpes que le dieron policías municipales de Ixtlahuacán de los Membrillos, en el Área Metropolitana de Guadalajara; aunque su homicidio es considerado una ejecución extrajudicial por la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) y hay 3 agentes bajo proceso, aún hay muchas dudas sobre lo que realmente ocurrió.

La noche del 4 de mayo Giovanni fue arrestado afuera de su casa por los policías de la patrulla M-39 y aunque las autoridades estatales han intentado negar por todas las vías que la detención se debió a que no portaba cubrebocas –como lo denunció su familia– esto sigue sin esclarecerse: el Informe Policial Homologado sólo habla de una falta administrativa.

“El detenido los agredió a golpes y verbalmente (a los policías), puso resistencia a la detención y forcejeó con él porque intentó desarmarlo, por tal razón, utilizó la fuerza para evitar que le quitara la pistola”, señala el documento sin explicar la causa del arresto; la saña de los agentes fue tal que le causaron “contusiones localizadas en ojo derecho y ojo izquierdo, pómulo izquierdo; tórax anterior parrilla costal lado derecho; epigastrio, mesogastrio, múltiples contusiones”, según el informe especial realizado por la CEDHJ.



Antes de ingresar a la cárcel municipal, poco después de las 22 horas, Giovanni ya se encontraba en mal estado de salud y según el parte médico elaborado de forma irregular media hora antes de ser presentado ante un juez municipal, los golpes ameritaban tomas de radiografías y tomografías para determinar su gravedad; aunque el parte habla de consumo de drogas y alcohol, esto no fue corroborado y al respecto hay inconsistencias en las declaraciones de los policías que intervinieron.

El joven fue encerrado en una celda y los estudios solicitados nunca se hicieron; por la madrugada se sintió mal y lo trasladaron a los Servicios Médicos Municipales, donde permaneció tres horas hasta que se ordenó su traslado a un hospital privado del municipio de Chapala.



La ambulancia que lo trasladó llegó a las 10 horas del 5 de mayo al hospital, lo acompañaban dos paramédicos, dos policías y un especialista; ahí se pidió practicarle una tomografía de cráneo y según declaraciones de personal del hospital, Giovanni se encontraba muy agitado, tratando de bajarse de la camilla, moviendo pies y manos.

Cuando llegó el turno para pasarlo a la máquina en que se haría el estudio, el especialista dijo que éste no se realizaría y se retiraron sin indicar motivo alguno; a las 12 horas de ese día el Ministerio Púbico recibió la notificación de que Giovanni había muerto en los Servicios Médicos Municipales de Ixtlahuacán.



En el fraccionamiento Los Olivos, donde Giovanni vivía, los vecinos lo recuerdan como un joven tranquilo que compartía la casa con su tía y su hermano; hoy su hogar está vacío, pues sus familiares también se fueron tras denunciar públicamente lo ocurrido y acusar al alcalde, Eduardo Cervantes Aguilar, de tratar de acallarlos, primero con 200 mil pesos, después con amenazas.

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