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A inicios de los 90, la televisión mexicana llevaba más de dos décadas dominada por el contenido de una empresa: Televisa. Eso cambió cuando el 2 de agosto de 1993 la señal de Televisión Azteca entró al aire.

La televisora, propiedad de Ricardo Salinas Pliego, un empresario dedicado a la venta de artículos del hogar a través de sus tiendas, llegó con una propuesta que competiría con el monopolio de Emilio Azcárraga Milmo.

La estrategia que la nueva empresa tenía no era fácil de llevar a cabo. Por ello reunió a un equipo de personalidades de distintos campos de la comunicación, a quienes encargó la tarea de dar contenido distinto al que hacía San Ángel.

“Con la llegada de Azteca se abría la posibilidad de hablar de temas que nos competen y tienen que ver con los dolores que sufre este país y demostrar con hechos que la televisión no sólo es un pozo para escapar de la realidad, sino una manera de transformar la realidad”, expresa Epigmenio Ibarra.

Durante los primeros años se creía que Azteca trataba de emular a Televisa, sin embargo, Jorge Garralda aclara que ha sido al revés y que ahora los proyectos que hace Azteca son emulados —pero no igualados— por su competencia.

En los años que lleva al aire esta señal no todo han sido éxitos, Garralda admite que han tomado malas decisiones, pero les han servido para saber qué es lo que no sirve. Eso ha hecho que desde que en 2015 Benjamín Salinas Sada tomó la dirección del canal, se hicieran algunos cambios importantes.

“Azteca se empezó a acercar a la gente y, aunque hay programas clásicos, hubo otros que no funcionaron; seguimos probando, experimentando y proponiendo. Azteca se ha dado a la tarea de escuchar a su público y saber qué es lo que les gusta y qué no, eso ha hecho que la televisora constantemente esté en transformación”.

“Benjamín Salinas maneja una estrategia en la que escucha a la gente y lo que quiere, el ejemplo es Exatlón, que se convirtió en un éxito no por casualidad, fue un éxito porque se hizo pensando en que lo fuera. La gente se quiere emocionar con un héroe que no conoce, que lo ve luchando por un medalla, por un logro. Tan exitoso fue que me atrevo a decir que, al igual que con otros proyectos en la historia de la televisora, se ha copiado en otros lados con otros nombres”.

En los últimos tres años la empresa dio un giro a los reality shows. ¿Por qué? Garralda dijo que se debe a que eso pide el público.

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