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La serie Chicago PD no ha tenido que pisar nunca la sala de urgencias (en promedio tiene 7 millones de espectadores semanales). Tampoco sus hermanas, Chicago Med y Chicago Fire.

Aún así, los productores han preferido vacunarse contra cualquier contrariedad. Las críticas por los contenidos edulcorados de sus historias policiacas —que contrastaban con los reportes de abuso de autoridad en el Departamento de Policía de Chicago— hicieron que buscaran contenidos más variados.

El tercer episodio de la quinta temporada —segundo para Latinoamérica— se centra en inmigrantes explotados que son apoyados por algunos policías. Al final, los oficiales no pueden cumplir sus promesas de protección, ya que las leyes migratorias les son ajenas, y 20 personas indocumentadas son deportadas.

“Hay miles de historias de brutalidad policiaca, pero es importante no enfocarse sólo en los malos”, dice Jesse Lee Soffer, quien en Chicago PD interpreta al policía Jay Halstead.

El actor hace énfasis en la parte humana de estas series.

Al inicio de la quinta temporada, su personaje asesina por accidente a una niña en un tiroteo, lo que lo lleva a enfrentar síndrome postraumático, “tener trastornos mentales”.

“Investigué mucho sobre esto, son muchas las personas que lo han padecido. Es una carga difícil de llevar para un oficial”.

En este universo, Jay es hermano del doctor Will Halstead (Nick Gehlfuss), uno de los personajes centrales de la serie Chicago Med. Ambos ven morir a la pequeña baleada por el policía, lo que les genera conflictos.

Este no es el único problema mental que aborda Chicago Med, cuya tercera temporada inicia el 19 de febrero a las 22:00 horas por Universal Channel; el mismo día de los nuevos episodios de ChicagoFire (21:00 horas) y un día antes de Chicago PD (21:00 horas). Los escritores se enfocarán en otras condiciones, como trastornos de la personalidad, la depresión y personas con Asperger.

“Los padecimientos mentales están estigmatizados pero ahora sabemos más sobre ellos. A veces se derivan de componentes fisiológicos. Para nosotros es importante que nadie se sienta avergonzado o señalado”, dice Oliver Platt, quien interpreta a un psiquiatra (Daniel Charles) que irónicamente recibe un disparo de un paciente al final de la temporada pasada.

El productor Andrew Schneider justifica este movimiento no sólo por el dramatismo que aporta sino por su necesidad de mostrar el lado de pacientes controlados y los riesgos que padecen algunos psiquiatras en personas mal diagnosticadas.

“Tenemos un tremendo respeto por la psiquiatría. Algunas veces es controversial pero es necesario que hablemos de cómo hay doctores que corren riesgos por diagnosticar erróneamente a un paciente”.

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