Un danzante se abre paso de entre la multitud con su gran penacho de plumas. Aunque su vestimenta (a base de pieles, conchas y pintura de color) contrasta con las botas y mezclilla de las demás personas, ambas conviven por un motivo: la música.

Una mezcla de rock, ska, reggae y hasta ritmos con tintes norteños, fue parte de lo que se vivió en la tercera edición del festival Zapal en Saltillo, Coahuila, este sábado 7 de julio.

Artistas como Odisseo y Camilo Séptimo , en el escenario principal, fueron de los primeros en prender al público que llegó desde la tarde a la Hacienda el Mimbre. Con temas como "Vicio" y "No confíes en mí", Camilo contagió a los asistentes de un ambiente psicodélico que se dejaba acompañar por las proyecciones de colores que los iluminaban de fondo.

Además de la música, recordar las raíces prehispánicas y su importancia fue uno de los objetivos de la celebración. Uno de los puntos que más llamaron la atención por su color y misticismo fue la "Zona sagrada" en la que se instalaron temazcales y ofrendas (o Tlalmanali), dedicadas a dar gracias a la madre tierra.

"Queremos que los chavos vean que todo puede estar unido: la cultura mexica con lo actual", comenta Cuautli uno de los danzantes, quien acompañado por un águila llamada "Nena", invitaba a los asistentes a unirse a sus rituales y a tomarse una fotografía.

El sonido de las conchas que adornaban los pies de los danzantes al bailar, se mezclaba el estruendo de la guitarra y batería con bandas como DLD quienes interpretaron canciones como “Todo cuenta” y “Por siempre” y adelantaron que ya están grabando su próximo material luego de tres años de su último álbum “Futura”.

En el escenario emergente Technicolor Fabrics y Noah Pino Palo fueron algunos de los grupos que se presentaron. Aunque se esperaba una asistencia de más de 20 mil personas fueron alrededor de 18 mil las que disfrutaron del festival que ya para las 20 horas se llenaba de reggae con Caloncho y la banda originaria de Puerto Rico Cultura Profética.

Pero fue ya en la recta final, con El gran silencio, El Tri y la Maldita Vecindad que la Hacienda el Mimbre se llenó de energía, rock y el clásico slam en el que no hubo quien se quedara fuera cuando incluso un grupo de hombres cargó a otro en silla de ruedas para unirlo a la celebración.

Esta es la tercera ocasión en que se realiza Zapal, fue en 2016 cuando el festival nació con el objetivo un referente musical y de cultura de Saltillo.

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