En los últimos años, la música latina ha tenido como mayor expositor al género urbano y todos han sucumbido a su ritmo contagioso.

Pese a ello, la 18 Entrega del Latin Grammy apeló a la inclusión de géneros, por ello durante la velada hubo un abanico de sonidos que fue desde el mariachi hasta el reggaetón pero cuyo máximo ganador fue la salsa.

FIN VIDEO

Si bien el cantante que más gramófonos se llevó a casa fue Luis Fonsi con su éxito “Despacito” (que ganó Grabación del Año, Canción del Año, Fusión/Interpretación Urbana y Video Musical Versión Corta), fue el salsero Rubén Blades quien le arrebató el mayor galardón de la noche (Álbum del Año) a Shakira, Nicky Jam, Mon Laferte y Natalia Lafourcade.

Previo a que se entregara el máximo galardón de la entrega celebrada en MGM Grand Garden Arena de Las Vegas, Wilmer Valderrama había alabado a los latinos y su inclusión.

“Los gobiernos deberían de aprender de nuestra música latina, porque para nosotros no existen límites ni muros, tenemos que unirnos bajo una misma bandera”, dijo el actor.

Las palabras de Valderrama fueron un ejemplo de lo que fue la ceremonia, la cual, tras un minuto de silencio para las víctimas de los desastres de Puerto Rico y México, comenzó con dos de los mayores expositores de cada uno de estos países: Residente y Alejandro Fernández.

Por primera vez en la historia de la entrega se otorgó durante la trasmisión en vivo el Grammy a Álbum de Música Ranchera, el cual fue para Flor de Toloache, integrado por mujeres de distintas nacionalidades.

Este año el peso del show cayó en las presentaciones musicales que una vez más fueron una fusión de géneros, empezando con la mancuerna de Bronco y Ha*Ash en el tema de Armando Manzanero, “Adoro”.

A esta le siguieron otras como la de Natalia Lafourcade con Carlos Rivera, J Balvin con Bad Bunny y Steve Aoki, así como Banda El Recodo con Lila Downs y una versión de “Despacito” de Luis Fonsi, pero mezclada con la salsa de Víctor Manuel, el tropipop de Bomba Estéreo y la electrónica del DJ Diplo.

Maribel Guardia, quien competía en la categoría de Álbum de Banda (que ganó El Recodo) también fungió como presentadora, lo que fue una muestra de apertura para un tipo de intérpretes que anteriormente no eran reconocidos por la academia.

Además de la unión de la música, la noche sirvió para apelar a la fraternidad de los latinos. Por ello durante el show hubo momentos en los que los discursos políticos se hicieron presentes. Uno de ellos fue Alejandro Sanz, que dedicó su premio Persona del Año a los dreamers.

“Esos niños son nuestros niños, son nuestra comunidad, cuando uno es padre, es padre de todos los niños del mundo. Se lo quiero dedicar a ellos y quiero que les den un aplauso muy fuerte. Va por ellos, por Puerto Rico, por México, por República Dominicana, por Florida, va por todos ustedes, los quiero mucho”, dijo.

Una personalidad que se sumó a la voz de Sanz fue el actor Lin-Manuel Miranda, quien recibió el Premio de la Presidencia por su labor en favor de la comunidad latina en EU.

“Gracias, es un orgullo y un honor. Esto es para mis actores que me llenan de orgullo, para todas mis estrellas latinas, para mi familia y colaboradores, mi esposa y para los que caminarán conmigo el próximo domingo para recordarle a la Casa Blanca y al Congreso que los latinos también somos seres humanos”, dijo.

Juanes rompió el récord como artista con más gramófonos al tener en su carrera 22 premios.

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