El Mundial de Futbol no sólo acapara miradas de millones de aficionados alrededor del mundo, también los oídos de los artistas que acompañan el evento con sus canciones. De manera oficial y no oficial, este encuentro en Rusia ha servido para que cada vez más artistas interpreten temas alusivos desde distintas trincheras: televisoras, marcas de productos y campañas, todo por el escaparate que significa la Copa del Mundo.

La primera vez que un Mundial contó con un himno fue en 1962 con el grupo de jazz Los Ramblers, que cantó “El rock del mundial”. Este año es Nicky Jam y Will Smith con “Live It up”. También participan Prince Royce con “90 minutos”, Maluma con “Colors”, impulsado por Televisa; Molotov canta para “El canal del Mundial” de Azteca; Maná interpreta “El gladiador: Vamos México” y Yoav Goren apoya a Telemundo Deportes con “Sueño de campeones”.

De acuerdo con Ernesto Lechner, crítico de música, el impacto que un artista logra al prestar su voz a estos himnos le da una exposición mediática que pocos eventos tienen.

“Es absolutamente redituable y creo que no hay que pensarlo dos veces porque la exposición mediática es enorme. El futbol nos une a todos, es una fuerza unificadora, tiene cosas nefastas pero yo lo veo como algo positivo porque nos une. La excusa de una Copa Mundial te da una oportunidad para que millones de personas que no escuchan música escuchen tu canción”, explicó en entrevista.

Y ejemplos sobran: “Waka waka”, interpretado por Shakira en el Mundial de Sudáfrica en 2010, incluido en su álbum Sale el sol, obtuvo disco de Platino en 13 países, oro en Reino Unido y diamante en India; vendió cerca de 5 millones de copias y la canción fue primer lugar en 12 naciones y estuvo en el top ten en otras más. Su actuación en la inauguración del Mundial fue vista por 700 millones de personas.

“La copa de la vida”, que formó parte de su disco Vuelve, dio a Ricky Martin su más grande exposición durante el Mundial de Francia 1998; además de cuatro certificaciones de oro y platino en distintos países, ocupó el número uno en Finlandia, Suiza y Alemania. Y el siguiente disco del boricua, Ricky Martin, lanzado en 1999, se posicionó en el número uno en Estados Unidos. Su actuación en los premios Grammy en febrero de ese año fue vista por mil millones de espectadores.

Si bien muchas veces estos temas son creados por un interés comercial, el crítico dijo, hay un trabajo detrás para que la canción impacte.

“Todas las veces que Ricky Martin sigue cantando ‘La copa de la vida’, es un tema con un significado doble. Por un lado, fue el tema de un mundial con todo lo superficial que eso acarrea, pero también tiene el ADN y representa la identidad misma de Ricky Martin y ahí se conjugan otras dos cosas interesantes.

“Quienes la escribieron no son nada tontos, saben cómo está producida y cómo funciona el coro, es una canción tonta quizás, pero inteligentemente armada”.

Yoav Goren, productor y compositor musical, dice que su trabajo prioriza la calidad, sin importar que lo que se esté escuchando en el mundo parezca dictar la pauta musical.

“Creo que la música que yo compongo viene de un lugar más puro porque se hace pensando en el juego en sí. Cuando tienes a otros artistas para hacer este tipo de canciones hay mucho más detrás de escena, las disqueras buscan promover a un artista, quieren que colaboren juntos y quieren que funcione para cierto estilo de música que está de moda en el momento. Como yo no soy una gran estrella, no tengo que considerar ninguna de estas variantes y sólo sigo lo que yo siento”, indicó.

El músico, quien en 2007 obtuvo un premio Emmy por su trabajo en los 20 Juegos Olímpicos de Invierno de Turín, no demerita el valor de las canciones hechas en el pasado para este tipo de eventos por artistas como Ricky Martin, Shakira o Pitbull.

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