La segunda entrega del Dreamstate aterrizó este sábado en el Palacio de Los Deportes, congregando a cientos de seguidores del género.

A raíz de la edición de 2016, el festival puso fecha para su retorno a la Ciudad de México, y los amantes de la música trance le dieron la bienvenida abarrotando el recinto. Durante 10 horas continuas, el trance resonó con fuerza presentando un increíble cartel con lo más destacado de la música electrónica, en donde Djs y productores musicales de diversas partes del mundo, como Andrew Rayel, Berg, Vlind, Vini vici, Purple Haze, Chris Schweizer, Leiel, Giuseppe Ottaviani, Markus Schulz y Paul Van Dyk hicieron vibrar el escenario.

Los asistentes no dejaron de mostrar su entusiasmo en todo momento ante el alto nivel de energía que predominó, combinado con la innovadora producción audiovisual, como la iluminación y la pirotecnia, además de los espectáculos de danza dejaron que impresionaron a los asistentes.

Luces y letreros neón con leyendas del tipo “Trance family” vistieron los seguidores en el Domo de Cobre y se sumaron al contingente de caras maquilladas con pintura fluorescente, esto con sólo acudir a uno de los stands ubicados al interior del recinto, en donde además de plasmar en el rostro su propio “diseño de color”, se ofrecía la opción de tatuar la piel con aerógrafo algún diseño que demostrara la emoción de ser parte de esta famosa gala de beats.

Decenas de comunidades de fans provenientes de distintas regiones (Ciudad de México, Querétaro, Chicago, Londres) se dieron cita con pancartas y, en ocasiones, con máscaras de figuras cinematográficas del cine de terror; de igual forma, se dejaron ver con disfraces de faraones o unicornios. Las comunidades aseguraron para EL UNIVERSAL que la intención sólo era dar manifiesto físico de que la música electrónica es una fiesta de la diversidad.

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