Mariana y Santiago Arriaga recuerdan que de niños hacían muchos viajes en carretera, en los que la tradición era escuchar las historias de su papá, el cineasta Guillermo Arriaga, quien aprovechaba para sembrar así las bases de algunas de sus películas.

“Nos platicaba de las historias que tenía en mente y luego (al llegar al lugar) se sentaba a escribirlas”, recuerda Mariana.

De esos viajes surgieron tramas de películas como Amores perros y 21 grados, dos cintas que tienen en común un accidente que entrelaza la vida de varias personas.

Lo que sus hijos no sabían es que antes de que estas historias se volvieran éxito, Guillermo ya había escrito una primera parte de esta trilogía y la mantuvo guardada hasta que Santiago la encontró en unas cajas cuando estudiaba la universidad.

Junto a su hermana, él aspiraba a seguir los pasos de su padre.

“Los manuscritos estaban hechos a máquina de escribir, así que primero los digitalicé”, recuerda Santiago. “Fue hace como siete años y desde ahí empezamos a fantasear con llevarla a cabo, dirigirla y bueno... el año pasado de octubre a diciembre estuvimos filmándola”, completa entusiasmado en entrevista.

A cielo abierto , filmada en Coahuila, será la ópera prima de los dos jóvenes que se estrenan como directores con esta historia sobre tres hermanos que hacen un viaje tras la muerte de su padre.

“Lo que más me conmovió es leer a un Guillermo de 35 años, joven. Queríamos entender a mi papá y a sus obsesiones, los miedos que él tenía cuando escribió esta película son los miedos que ahora tengo yo sobre qué haría si llego a perder a mi familia, a mi papá”.

La cinta, que hace una reflexión sobre el duelo y el descubrimiento personal, fue seleccionada para estrenarse en la sección Horizontes del Festival de Cine de Venecia en agosto.

“Fue difícil celebrarlo porque nosotros estamos terminando el proceso en Buenos Aires, pero todos estamos muy contentos de que esta película encuentre su lugar y de que finalmente llegue al público que tenga que llegar”, señala Mariana.

La historia, resaltan los hermanos, apela a las obsesiones recurrentes de su padre tanto en el cine como en los libros que ha escrito. Además fue hecha en un contexto socio cultural de los años 90 y ellos decidieron mantener esa época durante las grabaciones.

“Sólo se puede hacer cine si tienes una relación personal directa con la historia, con las emociones; es una película muy familiar”, expresa Santiago.

Esta será la primera producción de la empresa argentina K&S Films en México, pero que también contó con estímulos fiscales nacionales como EFICINE.

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