La historia de la Cuba colonial vista a través de la mirada de un exesclavo se presentó la noche de este sábado en la ópera "El cimarrón" en en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario , en el marco del Festival IM·PULSO , con un elenco conformado por el barítono puertorriqueño Eliám Ramos , el guitarrista mexicano Pablo Gómez , la flautista estadounidense Jane Rigler y la percusionista española Carlota Cáceres , bajo la dirección escénica de Robert Castro .

La ópera, escrita por el músico alemán Hans Werner Henze , con libreto de Hans Magnus Enzensberger , está basada en el libro "El cimarrón", escrito por el poeta y etnólogo Miguel Barnet , a partir de entrevistas a Esteban Montejo , el último cimarrón sobreviviente en América.

Montejo tenía 106 años de edad y en su memoria guardaba todos los episodios de su existencia, su etapa como esclavo, el aislamiento, el trabajo en las plantaciones de azúcar, las ceremonias de los santeros de las religiones afrocubanas, hasta la Guerra de la Independencia de España .

En esta ópera que ofrece hoy su segunda y última función con el apoyo de la Dirección General de Cooperación e Internacionalización , en colaboración con University of California y Casa de la Universidad de California en México , el personaje habla también de cómo Cuba se liberó de España para ser tomada después por Estados Unidos.

En la ópera que tuvo una recepción muy positiva entre el público universitario que llenó la sala, destaca la participación de Ramos como el Cimarrón porque presentó a un hombre que construye la historia de su país a partir de su memoria, de sus reflexiones, de sus anhelos y deseos.

La guitarra de Gómez y las percusiones de Cáceres no sólo dan brillo y poder a la música de Henze, también colorean con sonidos caribeños a la obra no tonal. Mientras que la dirección escénica de Castro brinda acción al relato de una sola voz, los intérpretes son por momentos también personajes que dan soporte a la narrativa. Además, presentar El Cimarrón en español brindó también la posibilidad de recuperar el lenguaje cubano que hizo más cercana la historia al público.

Previo a la función, Gómez indicó que se trata de una ópera que aborda también la historia del capitalismo, la llegada de las máquinas, la llegada de las religiones y, sobre todo, la pasión de un hombre que descubre que aun en libertad hay prisiones, por eso es preciso liberarse de ellas.

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