Olivia Nova

tenía sólo 20 años y apenas unos meses de haberse convertido en actriz pornográfica, pero su vida terminó hace un par de días en Las Vegas.

El pasado domingo 7 de enero su cuerpo fue encontrado en esa ciudad, apenas días después de que ella misma informara que pasó la Navidad sola.

La muerte de Nova se suma a las tragedias que recientemente han envuelto al mundo de la pornografía.

Jóvenes y bellas actrices, con un futuro brillante en su trabajo, terminaron muertas.

August Ames

, de 23 años, se suicidó a principios de diciembre. Días antes había sido víctima de agresiones en redes sociales por negarse a trabajar con un actor que había filmado porno gay.

Ingresó a la industria del porno en 2013 y ya había trabajado en alrededor de 200 películas para adultos.

Semanas después se supo de la muerte de Yurizan Beltran, de 31 años. En un principio se habló de un posible suicidio, pero más tarde se indicó que el deceso ocurrió por una sobredosis accidental de medicinas.

La tragedia en el mundo de la pornografía no es nueva. Basta recordar el caso de Linda Lovelace, famosa por la cinta “Garganta Profunda”. Acusó a su marido de obligarla a prostituirse y dedicarse a la pornografía.

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