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Robarse el busto de un político importante o hacer que un conductor de televisión termine en la fiesta total; que la suegra se apodere del micrófono o que los novios quieran huir.

Todo se vale el día en que una pareja contrae matrimonio y toca a Diana Bovio (La posesión de Altair) y Gustavo Egelhaaf (El Chema) demostrarlo en cine.

En la comedia Hasta que la boda nos separe, que estrena este fin de semana, se ve lo que ocurre días previos a la ceremonia religiosa, incluyendo la desapobración de una de las familias, así como el día de la misma, con la llegada de amigos.

“Es algo muy mexicano todo lo que se ve en ella”, dice el director debutante Santiago Limón.

La cinta está basada en Gorko!, producción rusa que durante su corrida comercial en su paÍs natal, registró cuatro millones espectadores, exhibiéndose en territorios como Polonia y Estonia.

“Lo último que quería hacer era un remake, pero después de que vi la original, supe qué poner para hacerla popia”, comenta el cineasta.

“La verdad es que sí he estado en bodas así”, ríe Diana al respecto.

“Digo, no donde se haya quemado un vestido de novia, pero sí fiestas en las que pasan cosas como se ven en la película”, agrega.

Con un presupuesto de 10 millones de pesos, una cuarta parte de lo que generalmente requiere una producción nacional, la aventura se cuenta a través de la cámara que usa el hermano del novio.

Puerto Vallarta, con su calor y mar, fue sede del rodaje hecho en 2016.

“Hay un momento en el que mi personaje debe estar en una lancha para acercarse a la novia y pues el mar se mueve, me pedían que me quedara en la marca (lugar) y era de estar reme y reme”, cuenta divertido Egelhaaf.

“En algún momento me preguntaba si iba a dar risa todo, porque el personaje la está pasando muy mal, pero sí”, refiere el actor.

Como ellos mismos. Roberto Palazuelos y Adal Ramones se interpretan a sí mismos en la película: el primero es un organizador de fiestas y, el otro, un invitado a la boda.

“Quería reírme y una fiesta es lo ideal para eso”, dice Palazuelos.

A Adal, quien ya protagonizó Santos peregrinos y participó en Salvando al soldado Pérez, el director lo invitó con cierto temor.

En el guión marcaba claramente que el conductor mostraría un lado no tan agradable, como el estar borracho y diciendo groserías.

“Desayunamos y él mismo rompió el hielo diciendo que cuando iba a bodas, de lo que más le preguntaban era de Jordi Rosado y así con cosas así, su personaje y el de Roberto fueron creciendo”, destaca Limón.

De su propia vida, la actriz Bovio aprovechó cosas. Si su personaje sueña con una boda inspirada en la historia de La sirenita, ella también pasó por una etapa similar.

“Soy fan del mar y quise tener esa conección, en algún momento también fantasee con la boda perfecta”, comenta la actriz.

Hasta que la boda nos separe integra en su elenco a Juan Pablo de Santiago (Voy a explotar), Claudette Maillé (Como agua para chocolate) y Héctor Holte (La hermandad).

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