Alfonso Cuarón, director de ROMA, película nominada a 10 premios Oscar, pidió a los estudiantes de su antigua escuela no perder la creatividad ante los grandes recursos tecnológicos con los que en la actualidad cuenta el cine.

En su última visita al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) consideró que “tanta estructura, tantos recursos” son una distracción para el trabajo de los cineastas.

“Es peligroso que los contenidos que se dictan vengan de necesidades comerciales, que a estas generaciones se les olvide la parte sensible, que es el músculo fundamental”, dijo.

Ejemplificó que en sus épocas de estudiante en el año de 1982, el CUEC “era una escuela muy desarticulada, pero con muy buenos maestros” y que las carencias que enfrentó en sus inicios como cineasta lo ayudaron a buscar otras formas de resolver algunos problemas técnicos a los que se enfrentó.

“Mis primeras películas eran con camaritas de cartón. Después tuve la suerte de tener una súper 8, filmaba sin rollo, y fue una gran escuela. En el CUEC nos rolábamos siendo staff de todos los demás, y mi formación nació justo de eso, pero no desprecio la parte académica”, dijo.

De sus tiempos como universitario, Cuarón recordó que ingresó a la UNAM con la intención de convertirse en cinefotógrafo pero entonces conoció a Emmanuel Lubezki, quien ha ganado el Oscar en varias ocasiones, premio que entrega la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas.

Fue después de conocer a Lubezki, quien se convertiría en su mancuerna en gran parte de su carrera cinematográfica, que se dio cuenta que su amigo era mejor cinefotógrafo, por lo cual decidió cambiar su especialidad y se dedicaría a dirigir.

Recordó el trabajo y las enseñanzas de algunos maestros como Mario Luna y Jorge Ayala Blanco, que continúan impartiendo clases en el CUEC, con quienes aprendió fotografía, historia del cine y sus nuevas corrientes.

En esta institución filmó en 1982 uno de sus primeros trabajos como estudiante: el cortometraje Cuarteto para el fin del tiempo, realizado en blanco y negro.

A los estudiantes de su antigua escuela de cine, la que tiene una mayor tradición en América Latina, les pidió que exploren su base académica y experimenten.

“Hay fotógrafos que hacen cosas maravillosas mientras está el sol en la ventana, pero cuando se va, ya no saben qué hacer. No despreció la parte académica, pero hay que saber cuáles son tus herramientas, mientras más controladas las tengas, más libre serás. Por ejemplo, saber iluminar es una de las bases, y no olvidar que los mejores efectos visuales los hace”, dijo.

A lo largo de su carrera, Cuarón ha ofrecido becas a estudiantes para que participen en sus proyectos, como hizo cuando filmó Harry Potter y el prisionero de Azkabán, y después al concretar un intercambio para que uno de los profesores de la institución participara en la mezcla de ROMA”.

***Con información de Teresa Moreno

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