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Este fin de semana, el director de cine Spike Lee tuvo que recurrir a sus redes sociales para ofrecer disculpas después de haber defendido a Woody Allen.
En una entrevista para una estación de radio, Lee declaró: “Sólo quiero decir que Woody Allen es un cineasta genial y esta cultura de la cancelación no es Woody.
“Creo que cuando miremos atrás vamos a ver eso —casi matar a alguien—, no sé cómo pueden simplemente borrar a alguien como si no hubiera existido. Woody es amigo mío, un fan de los Knicks, así que sé por lo que está pasando”.
Sus palabras fueron duramente criticadas, ya que Allen ha sido señalado por su propia hija adoptiva, Dylan Farrow, de agredirla sexualmente cuando esta tenía tan sólo siete años.
Según explica The Hollywood Reporter en dicho libro, Allen niega las acusaciones y asegura que la madre de su hija, Mia Farrow, plantó esa idea en su mente.
Después de causar revuelo con sus palabras, Lee se volcó en Twitter para decir lo profundamente arrepentido que estaba.
“Mis palabras fueron erróneas”, señaló. “No tolero ni toleraré el acoso sexual, agresión o violencia. Eso causa daños reales y no puede ser minimizado”.
Y es que la llamada “cultura de la cancelación” —que busca literalmente desaparecer a alguien o su obra ya sea porque el autor ha hecho algo inadecuado o el contenido lo es— ha llevado a que diversas personas rompan lazos con personalidades del medio del espectáculo como Allen, quien ha perdido contratos, de la misma forma que sucedió con casos como el del productor de Hollywood, Harvey Weinstein y el actor Kevin Spacey.