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¿A qué suena una línea de sangre persiguiendo a una niña o el rugido de un tigre de peluche?, ¿cómo el sonido de un muerto viviente encostalado o balazos mientras se está acostado en el piso de un salón de clases?

Martín Hernández, nominado al Oscar por la edición de sonido en Birdman y El renacido, junto con su equipo, se dio a la tarea de dar esas respuestas para el filme Vuelven, de Issa López, ovacionado por Stephen King (It), ahora en salas.

“El cine fantástico tiene múltiples posibilidades porque nadie sabe, o al menos creemos, a qué suena un zombi, pero al mismo tiempo la realidad, que combina esta historia, es difícil lograr porque todos tenemos una referencia de ella y sabemos a qué suena”, indica Martín.

En el momento de la plática, el diseñador y supervisor de sonido se encuentra en la mezcla de la pista internacional de la misma, necesaria para los mercados del orbe.

La pista no es otra cosa más que el sonido total del filme, a excepción de los diálogos.

Vuelven cuenta cómo un grupo de niños es golpeado por la violencia existente, pero ven en la fantasía una salida para lo que experimentan.

“Es una realidad que se ve a través de la mirada de un niño y pues todos hemos echado mano de la fantasía e imaginación para lidiar precisamente con esa realidad.

“En términos de sonido, el volumen y no hablo de fuerte y bajito, las ráfagas y la línea de sangre que persigue a la niña, existen en el mismo plano, porque ella está expuesta a la violencia, no le extraña ver cuerpos en la calle”, explica Hernández.

Durante siete semanas, quien trabajó en Amores perros y El laberinto del fauno, investigó, diseñó y mezcló lo que finalmente se oye.

Maluz Orozco, miembro de su equipo, grabó a su gato haciendo ruidos para así darle “voz” al tigre que aparece en pantalla.

“Siempre se busca que todos aporten, somos un equipo que llega con propuestas”, recalca.

En comedia. Vuelven fue la primera colaboración con la directora Issa López (Casi divas) a la que ahora apoya en Todo mal, comedia sobre el penacho de Moctezuma.

La película estrenaría en 2018, pero dio oportunidad a Martín de divertirse en su hechura.

“La comedia exige una serie exageraciones de la realidad que ayuden al tono de la farsa, por ejemplo, si alguien da una cachetada debe escucharse de ‘¡auch!’”, detalla.

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