A Roman Polanski y al equipo de su última película "J'accuse", que se estrena este miércoles en las salas francesas, se les ha complicado el lanzamiento tras la denuncia de otra mujer que acusa al director de haberla violado en su juventud, lo que ha puesto fin al paseíllo mediático de los actores.

Aunque la distribución de la película, premiada con el León de Plata en la Mostra de Venecia, se mantiene sin cambios, la promoción mediática de sus principales actores, Jean Dujardin, Louis Garrel y Emmanuel Seigner -que además es mujer de Polanski-, ha sido progresivamente anulada en los últimos tres días.

Dujardin, que encarna al coronel Georges Picquart como principal protagonista, habló por última vez del filme el pasado viernes en la emisora France Inter.

Esa misma noche, el diario Le Parisien publicaba el testimonio de la actriz y fotógrafa Valentine Monnier, que asegura haber sido violada y golpeada en 1975 por el director, cuando ella tenía 18 años.

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"'J'accuse' ha marcado mi límite", dice Monnier al final de ese artículo, en el que cuenta que acudió con unos amigos a esquiar a Suiza y que se alojaron en casa del cineasta, al que no conocía personalmente hasta entonces.

La película es una denuncia contra la injusticia cometida contra el ya famoso militar judío francés Alfred Dreyfus, acusado injustamente de espionaje en favor de Alemania. Monnier dice que no ha soportado escuchar a Polanski entonar el "Yo acuso" y ponerse en el papel de víctima de un juicio mediático.

El efecto de la denuncia ha sido inmediato y los actores han anulado en cascada sus intervenciones públicas en algunos de los programas de televisión con más audiencia de Francia: Dujardin canceló el domingo su entrevista en el telediario de TF1, Seigner su participación en el programa "Boomerang", esta misma noche, y la cadena France 5 no emitirá otra entrevista que había grabado con Garrel al considerarla obsoleta.

Mientras tanto, los abogados de Polanski preparan una respuesta al testimonio de la actriz.

"Mi cliente no participará en el tribunal mediático", avanza en Le Figaro su abogado, Hervé Temine.

Y el equipo de prensa que trabaja con Polanski se niega a "echar a perder un evento tan importante por acusaciones injuriosas", según recoge Le Figaro. Su intención es "que se hable de la película y no de estas acusaciones".

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Polanski, prófugo de la justicia estadounidense desde 1977 tras su inculpación por haber mantenido relaciones sexuales con una menor de 13 años cuando él tenía 44, ha sido acusado en los últimos años de abusos o violaciones por otras cuatro mujeres. Todas ellas, salvo Monnier, eran también menores de edad cuando ocurrieron los hechos.

Tras el estallido del movimiento "Me Too", en octubre de 2017, las asociaciones feministas se indignaron contra la decisión de la Cinemateca de París de dedicarle una retrospectiva.

La presión llevó al director a renunciar a la presidencia de los premios Cesar ese mismo año. En general, su restringida vida pública es objeto de sonadas manifestaciones y fuertes críticas.

En una entrevista incluida en el dossier de prensa que acompaña la película "J'accuse", traducida en español como "El oficial y el espía", Polanski dice ver en las acusaciones contra él "la misma determinación por negar los hechos" y condenarle por cosas que no ha hecho que en la historia de Alfred Dreyfus.

"Desde la muerte de Sharon Tate me persiguen, es como una bola de nieve, en cada estación se añade una nueva capa, historias absurdas de mujeres a las que nunca he visto en mi vida y que me acusan de cosas que supuestamente ocurrieron hace medio siglo", alega.

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Con "J'accuse", nombre que toma del famoso alegato que publicó Émile Zola contra los errores del sistema que condenaron a Dreyfus, Polanski parecía poner en marcha una especie de autoterapia ante una situación que a sus 86 años no parece darle respiro.

Si sus incondicionales siguen reclamando que se separe al hombre de su obra, como hizo el jurado de la Mostra de Venezia, una de las revistas más famosas de Hollywood, Variety, considera que el símil que plantea Polanski es "obsceno".

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