Otra vez el Estado de México. Otra vez un brutal ataque sexual a una mujer. Otra vez un impactante testimonio en redes y medios de comunicación tratando de buscar justicia.

Al igual que a mi compañera de EL UNIVERSAL TV, a un grupo de pasajeros lo robaron, golpearon y agredieron dos tipos armados que se subieron al autobús. Era martes 7 de junio en la noche.

A Rosa Margarita Ortiz le pegaron con la cacha de la pistola en el rostro. La jalaron al asiento de adelante. Uno de los asaltantes la comenzó a violar mientras apuntaba el arma en la cabeza de su víctima. La amenazó que la mataría si decía algo, la bajaría del vehículo para llevársela. Le quitaron la ropa. Una atrocidad.

La diferencia es que ahora, en lugar de perpetrar el ataque en una combi de transporte público de Edomex, en la carretera México-Puebla, esto ocurrió en un camión privado de la línea ETN a la altura de Coyotepec, pasando la caseta de Tepotzotlán. El infierno en tierras estatales y federales.

Nuevamente escucho a las autoridades locales decir que van a investigar. Nuevamente apunto el silencio del gobierno de la República.

Entiendo que no sólo en el Estado de México está presente el horror, la impunidad. Por desgracia, no sólo en esa entidad. Pero de nueva cuenta una mujer valiente sobrevive y denuncia.

En esta columna escribí que daría seguimiento a los golpes, robo y abuso sexual que sufrió mi colega.

Lamento informarles que no han encontrado a los delincuentes. Y que mi colaboradora tuvo que mudarse. La semana pasada la contactó un agente mexiquense para decirle que siguen haciendo operativos e investigando. Que si saben algo, le avisan.

Pero ella ya se vino a vivir a la Ciudad de México. “No hay de otra. Dejar casa, papás, amigos, el lugar donde nací, donde crecí. Nada me garantiza que no me vuelva a suceder. Apareció una chica desnuda, muerta en Ecatepec, y me decía mi mamá ‘yo no puedo dejar de pensar que ahorita te estaría buscando. Te prefiero lejos, que muerta’. La situación está incontrolable. Tuve que huir. Estoy aprendiendo a estar sola”. Me comentó entre pausas y lágrimas.

Esta semana se reunió con personal de derechos humanos de la Secretaría de Seguridad Pública de la CDMX. Implementarán medidas de protección.

No pude dejar de pensar en la columna de ayer de Héctor De Mauleón. En el contenido de la carpeta que entregó Ricardo Monreal a la Comisión de Seguridad Pública de la Asamblea Legislativa. De acuerdo con el periodista, en este documento se señala que en la Ciudad de México operan cinco cárteles. El de Sinaloa, Los Beltrán Leyva, Los Zetas, el Cártel del Golfo y Los Caballeros Templarios. Cada uno con territorio y actividades específicas.

Les pregunto a Eruviel Ávila, Miguel Ángel Mancera, Enrique Peña… ¿Y después de la Ciudad de México, a dónde podemos huir?

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