Hace algunos días atrás acompañé a un joven amigo a una sucursal bancaria. Buscaba ayuda para invertir los 200 mil pesos que había ahorrado por algunos años con la intención de formar un pequeño patrimonio que le permitiera, en el tiempo, establecer un negocio.
Pero la realidad le estalló en la cara. Y a mí, con él. La jovencita que nos atendió no le ofrecía muchas alternativas para sus ahorros: un pagaré bancario a 90 días o un depósito flexible a plazo. En ambos casos las tasas de interés eran ridículas: 2.8% en el pagaré y 2.1% en el depósito flexible a plazo. Las tasas —le advirtió la jovencita de ojos claros— son brutas, ¡hay que descontarles los impuestos!
Aquel amigo salió de la sucursal con los hombros caídos, adivinando cómo su dinero se esfumaría en un santiamén con esa ‘oferta’ de la chica de la sucursal bancaria.
No era para menos. Millones como él están viendo como sus escasos ahorros se les escurren entre los dedos. Se destruyen como por arte de magia. Y es que en México ser pobre es muy caro.
No sólo porque desde hace décadas se han implementado políticas fiscales que no inciden significativamente en mejorar el nivel de bienestar de los más pobres. También porque en los últimos años la devaluación del peso, la mayor inflación de los meses recientes, la escasa competencia bancaria y los elevados costos de intermediación financiera, han destruido los ahorros. Y lo han hecho ensañándose con los ahorros y los créditos de los que menos tienen. ¡Y es que ahorrar es un pecado en México!
Echarle un vistazo a las tasas de interés que se pagan a los ahorradores en los bancos más grandes del país, es deprimente. Desde 1.4% hasta 3% de tasa bruta por 200 mil pesos en un pagaré con rendimiento liquidable al vencimiento. Tasas muy inferiores al ritmo de crecimiento que exhiben los precios en el país y que condenan a millones de ahorradores a la pérdida del poder adquisitivo de sus ahorros al no tener opciones en los bancos. Con todo, a finales del año pasado la banca habían captado 4.2 billones de pesos en instrumentos tradicionales con bajas tasas de interés, como depósitos a plazo y depósitos de exigibilidad inmediata. No hay de otra.
Mientras que por otro lado el gobierno les paga a los bancos y a los grandes intermediarios tasas de rendimiento de 6.25% por un Certificado de la Tesorería de la Federación (CETE) a 28 días, de 6.92% en un CETE a un año de plazo y 7.40% en un bono a
10 años.
Con esto los márgenes de intermediación han seguido creciendo porque las tasas de interés que se cobran a los acreditados más pequeños se dispararon tan pronto como el Banco de México anunció los incrementos en su tasa objetivo.
Así que el ahorro de las familias se sigue destruyendo y desalentando con la persistencia —ya por un largo periodo— de tasas reales negativas que están convirtiendo a las pensiones en un asunto inmanejable.
Y en todo esto mucho ha tenido que ver una reforma financiera que, entre otras consecuencias, encareció las regulaciones bancarias al elevar los costos de la intermediación y ampliar los diferenciales entre tasas activas y pasivas.
Pero los grandes perdedores en toda esta historia reciente son los ahorradores y los acreditados más pequeños. Los primeros —como aquel joven amigo— que deben conformarse con recibir exiguos rendimientos muy por debajo del incremento de los precios y que ven destruído el poder adquisitivo de sus ahorros. Los segundos, a los que ya es imposible sostener los pagos de un financiamiento bancario tan caro.
Es la historia reciente de destrucción de los ahorros familiares acumulados por años y que nos recuerda lo caro que es ser pobre en México.
Reversa en el IFT. Ayer el Pleno del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) revirtió su decisión del 30 de septiembre de 2015 y determinó, por seis votos a uno, que Grupo Televisa sí tiene poder sustancial en el mercado de televisión de paga. Ahora el IFT debe establecer nuevas reglas que aplicarán a la operación de Televisa en ese mercado. Con esta decisión del órgano autónomo se abre un nuevo capítulo en el mercado de la televisión y de las telecomunicaciones en México.
Twitter:@SamuelGarciaCOM
E-mail:samuel@arenapublica.com
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