Expulsada del paraíso de Morena —no queda claro si por el pecado de corrupción o por el de ingenuidad que la hizo caer en una trampa— Eva Cadena, la diputada veracruzana que saltara a la fama como La recaudadora, pasó, cuatro días antes de las votaciones del próximo domingo en cuatro estados, de acusada a acusadora y, sin mayores pruebas que sus dichos, aseguró que el dinero que recibía en los videos en los que fue grabada sí era para el financiamiento del partido que dirige Andrés Manuel López Obrador y que Morena, igual que todos los partidos, busca y recibe “recursos adicionales a los que reciben de los organismos electorales”.

¿Fue casualidad que la política veracruzana se decidiera a decir “su verdad” y a presentarse como una “víctima” de los dirigentes estatales de Morena para “cubrir irregularidades en el financiamiento de sus campañas políticas” exactamente 96 horas antes de las reñidas votaciones que este domingo habrá en Veracruz, pero también en el Estado de México, Coahuila y Nayarit? No lo parece. En política no existen las casualidades y todo apunta a que, si Eva Cadena no es parte de una operación muy bien orquestada para pegarle al lopezobradorismo y restarle fuerza y votos en los comicios del domingo —una “infiltrada” de Yunes Linares, dice Batres— entonces habría que pensar que la señora, resentida por el maltrato y el abandono que dice haber recibido “de mi partido cuando más lo necesitaba”, actuó azuzada y asesorada por alguien que sabía y buscaba el efecto que pueden tener sus declaraciones en los próximos comicios.

“Ahora me doy cuenta que usaron mi caso para lavarse la cara. Les preocupa mucho un tema que afecta a todos los partidos y está presente en todas las campañas: el dinero al margen de lo que establecen las reglas electorales. Me usaron como coartada para ocultar muchas cosas irregulares que hacen”, dijo la legisladora local investigada, quien en cinco cuartillas que leyó en una muy bien organizada conferencia de prensa, nunca mencionó el nombre de Andrés Manuel López Obrador, aunque sí refirió por su nombre a la diputada y coordinadora federal, Rocío Nahle, y al coordinador de Morena en el Congreso local, Amado Cruz Malpica.

Y en un mensaje que, por su tono, tenía claras similitudes con el discurso de dirigentes y gobernantes detractores de Morena, Eva dijo: “Como muchos mexicanos, abracé la idea de que Morena era un partido diferente, que era un partido con el que se podía cambiar al país, pero la obsesión por el poder le ha llevado a que sus prácticas sean similares a las del resto de los partidos”. Ese texto encaja perfectamente en los mensajes del dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa, del gobernador panista de Veracruz Miguel Ángel Yunes, o de opinadores afines al gobierno que reproducen el discurso oficial contra el enemigo acérrimo de la Presidencia. ¿Será que Eva, decepcionada y maltratada por sus antiguos compañeros de Morena que la engañaron, le pusieron trampas de dinero, la victimizaron y luego la abandonaron, terminó por mimetizarse con el pensamiento y discurso de los críticos de Morena desde los medios y el poder?

No se puede meter las manos al fuego por ningún partido político. Y si Morena o algunos de sus dirigentes incurren en prácticas que condenan y satanizan el discurso de la “honestidad valiente” de su líder y precandidato presidencial, tendrían un grave problema de congruencia y deshonestidad que, más allá de los dichos dirigidos o espontáneos de Eva Cadena, sí les puede afectar en la percepción de votantes indecisos que aún evalúan si les dan su voto.

A militantes y seguidores convencidos de López Obrador y su propuesta, las palabras y señalamientos de Eva —que ventila prácticas ilegales como simular el rechazo de “bonos” para diputados que, según la señora, sí se reciben y van a financiar actividades partidistas— no les afectan esos dichos, pero sí puede afectar a un amplio sector de votantes que, sin ser fanáticos del lopezobradorismo, empezaban a ver en el tabasqueño una opción que consideraban “la única” o la “menos peor” o de plano “la más honesta” en la putrefacta y corrompida política nacional. A esos grupos, tal vez no les baste el discurso del “complot” y la “mafia del poder” y hagan falta acciones y decisiones más claras y contundentes, si Morena y López Obrador no quieren perder a esos votantes.

NOTAS INDISCRETAS… De las muchas reacciones que generó la conferencia de Eva Cadena, la del líder de la CNOP priísta, Arturo Zamora, fue de las más fuertes: “Las autoridades electorales y judiciales deben investigar a López Obrador y su partido por financiamientos ilícitos y sentar un precedente para que no se repita este tipo de operaciones”, dijo el senador jalisciense. El problema es que si investigan no sólo a Morena sino a todos los partidos que reciben dinero “por debajo del agua”, las boletas electorales se vaciarían… Los dados mandan Escalera doble. Buen tiro.

sgarciasoto@hotmail.com

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