Pocos hablan de su enorme poder, aunque todos lo ven cerca, muy cerca del presidente. No hay tema o decisión de seguridad, de asuntos jurídicos y de procuración de justicia que no pase primero por él y llegue después al presidente. En los últimos años, desde su posición privilegiada en la Presidencia, Humberto Castillejos Cervantes se ha vuelto cercano consejero y operador también de temas políticos y conducto personal entre el presidente y el Congreso, donde lo llaman “el senador 129”, por operar y cabildear desde iniciativas de ley, hasta nombramientos y designaciones importantes del presidente.

El poder de Castillejos va más allá que el de un simple consejero jurídico. Opina sobre temas políticos, da recomendaciones y hasta tiene su propio “grupo” en el gabinete en posiciones que ocupan sus primos Raúl Cervantes Andrade, al frente de la PGR, y Alfredo Castillo Cervantes, ratificado en la Conade a pesar de escándalos y tropiezos. La fuerza que este consejero tiene en el círculo más cercano del presidente creció en los últimos meses, especialmente en el periodo en que Luis Videgaray estuvo fuera del gabinete, tiempo en que Castillejos ganó terreno e influencia.

Hoy es tal su nivel de operación que se rumora que podría dejar la Consejería Jurídica para ser nombrado Jefe de la Oficina de la Presidencia, aunque en los hechos ya ejerce parte de las funciones que corresponden a Frank Guzmán, a quien Videgaray ha pedido como parte del equipo que prepara las negociaciones sobre el TLC con el gabinete de Donald Trump, pues Guzmán fue quien en realidad hizo los contactos con Jared Kushner, el poderoso yerno de Trump, para armar junto con el entonces secretario de Hacienda la repudiada visita del candidato republicano a México en agosto de 2016.

¿Pero de dónde tanta influencia de este joven abogado, hijo del afamado penalista Marcos Castillejos, quien muriera baleado en la Ciudad de México a las puertas de su despacho en julio de 2008 por una venganza? Los contactos de su padre en el mundo judicial llevaron a Humberto Castillejos en 2005 a la PGR como asesor del general Rafael Macedo de la Concha, y luego con Eduardo Medina Mora, como coordinador de asesores. Cuando el gobernador Peña Nieto necesitó un asesor en temas jurídicos, llamó a Medina Mora y le pidió “alguien de toda la confianza”, por lo que el procurador lo mandó a Toluca, donde elaboró iniciativas como la Ley de Defensoría de Víctimas y la Ley de Extinción de Dominio del Estado de México.

Aprovechando su cercanía con Peña, fue colocando en el Estado de México a varios amigos y parientes que colaboraron en casos especialmente difíciles para el gobernador mexiquense, desde el extraño caso de la muerte de su esposa, Mónica Pretelini, quien falleció el 11 de enero de 2007 oficialmente por “complicaciones de epilepsia”, hasta la cuestionada investigación del caso de la niña Paulette ocurrida en marzo de 2010. Alfredo Castillo, como fiscal del caso Paulette, y Tomás Zerón Lucio, coordinador de la Unidad de Inteligencia de la procuraduría mexiquense, armaron la línea de investigación que culpó a la madre Lizette Farah de la muerte de su hija y que terminó por ocasionar la salida de Alberto Bazbaz como procurador. Al asumir como procurador, Castillo junto con Zerón fueron los encargados de encontrar, sorpresivamente, a la niña de 4 años “atrapada” entre el colchón y la piecera de su cama, con lo que concluyeron una “muerte accidental por asfixia” y cerraron el caso que tantos problemas y dolores de cabeza dio al gobernador y aspirante presidencial Peña Nieto.

A partir de ahí Castillejos y su grupo cercano cobraron fuerza en el equipo de Peña Nieto. En 2011 Humberto se integró a la campaña de Eruviel Ávila y luego fue diputado local plurinominal, cargo al que pidió licencia al ser nombrado Consejero Jurídico de la Presidencia 2012. A partir de ahí todo ha sido poder y crecimiento para el influyente abogado que conoce “los secretos mejor guardados” del presidente Peña. Y con él crecieron sus dos primos y sus amigos como Zerón, que fue “salvado” de una investigación oficial que lo condenaba por violaciones graves en las investigaciones del caso Ayotzinapa, entre ellas la siembra de evidencias, y llevado a Los Pinos bajo el cobijo del consejero.

Hoy Castillejos Cervantes no solo monopoliza los asuntos jurídicos y la operación de las iniciativas presidenciales en el Congreso; también intenta dominar la próxima Fiscalía General de la República, amén de controlar organismos “autónomos” como el Inai, donde tiene comisionados incondicionales como Eugenio Monterrey y Ximena Puente, o el actual presidente del IFT, Gabriel Contreras, que antes de llegar a ese cargo fuera su consejero en Los Pinos. Así que, más allá de Videgaray y Meade, que se supone son las dos voces que hoy más escucha el presidente, también está el consigliere de Los Pinos, el hábil y poderoso Castillejos.

sgarciasoto@hotmail.com

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